La comprensión del espíritu

Hoy estoy bastante cansada porque en la mañana tuve que estar tres horas en pié acompañando el trabajo de mis alumnos de teatro en la biblioteca municipal, pero también estoy contenta porque las cosas salieron mejor de lo que esperaba. Nunca pensé en realizar trabajos de índole social, pero parece que el hecho de estar envejeciendo y dejando un poco de lado las vanidades, está resultando en una preocupación mayor con los otros, pues los véo no solamente como público de mis trabajos sino también como a personas a las cuales puedo ayudar a integrarse en la sociedad a través de este trabajo. Ya no es más la fama o el poder lo que me llama, sino las ganas de hacer alguna diferencia, de animar, de inspirar y llevar a otros a envolverse y dedicarse a esta misma causa. Gracias a Dios tengo un grupo de jóvenes que no tienen ningún preconcepto contra esto y están entrando de cabeza en estos proyectos sociales con enorme creatividad y disposición. Realmente, este es un campo que jamás pensé en explorar con mi arte, pero me doy cuenta de que, tal vez, séa el más importante de todos: teatro no para brillar y ser aplaudido, sino para integrar y transformar.
Bueno, como ya lo dije, estoy cansada (mis piernas están ardiendo!), pero como prometí, hoy es día de actualizar el blog, entonces aquí vá la crónica.
"La comprensión del espíritu.
No suelo cuestionarme, simplemente vivo lo que me es ofrecido y doy gracias por ello. Ya se fué la época en que gastaba mi tiempo en reflexiones que acababan trayéndome más angustia que respuestas o me apartaban completamente de la realidad. Créo en lo sobrenatural, en lo divino, en los milagros -sobre todo en aquellos pequeños, los de nuestro cotidiano- en la comunicación con el universo, en sus leyes, en nuestro enorme poder creador, en nuestra misión personal, en nuestra participación peculiar en la historia de la humanidad, en la fuerza que tenemos para cambiar acontecimientos y personas. Créo en el amor incondicional, en seres extraterrestres ( al final, no podemos ser las únicas formas de vida en todo el universo! Eso sería una total falta de imaginación de la parte de Dios, no es verdad?), en la gratitud, en la presencia constante y real de Dios en nuestras vidas, créo en voces y visiones, en sueños, premoniciones y telepatía, en santidad.Créo en ángeles y fuerzas negativas... Sin embargo, a pesar de creér en todas estas cosas a veces tan subjetivas y cercadas de misterio, no siento necesidad alguna de cuestionarme o zambullirme en rituales exóticos para llegar racionalmente más cerca, más hondo, para entender con mi intelecto las razones y los objetivos de la existencia de estos conceptos físicos y espirituales. Sus manifestaciones a mi alrededor no me atormentan, no me desconciertan o sublevan. Simplemente las observo, las disfruto, las agradezco y las dejo fluir. No lo duden, paso por los mismos momentos difíciles que todo el mundo -medio reclamando, medio sin coraje- pero conservo siempre dentro de mí una fuerza, un optimismo que al final siempre me llevan de regreso a la paz, al equilíbrio, a la alegría y nuevamente a la gratitud... Converso mucho con Dios y con sus criaturas, (muchos ya me vieron diciéndole chao a mi sala cuando me voy o felicitando a una flor por abrirse y mostrarnos su belleza) sin embargo, en ningún momento se me ocurre cuestionarlo o desafiarlo. Tal vez pelear un poco con El, pero nada más. Y tengo que decir aqui que esta actitude no es movida por algún tipo de miedo o resignación, sino más bien por una especie de confianza, de certeza, de entrega que no sé explicar. Sería fé, a lo mejor?... Delante de El y de sus manifestaciones me siento como un niño en los brazos de su padre (y no estoy remedando a Teresita de Lisieux) a veces un poco desconcertado por la ignorancia de su poca edad y falta de experiencia, pero siempre confiante en la sabiduría de este padre. Dios me dió esta característica especial -así como a otros les dió la constante inquietud, el espíritu cuestionador y aventurero, pesquisador, racional- y estoy muy contenta y agradecida por ella, pues hace que Lo sienta más fácilmente cerca de mí, actuando en mi rutina de cada día. No existen grandes barreras entre nosotros. Con el pasar del tiempo, me transformó en una niña que crée y se encanta, que no tiene miedo de manifestarse (inclusive siendo mal criada!) ni de recibir sus dones, grandes y pequeños (a estos últimos los adoro especialmente). Alcanzar este estado de espíritu llevó mucho tiempo, tal vez más de la mitad de mi existencia, y dió un tremendo trabajo. Pasé períodos muy difíciles durante este proceso de lapidación, pero hoy puedo decir que, con toda certeza, valió la pena. No está acabado, claro, pero ya avancé un buen pedazo; no sé decir si fué el más fácil o el más difícil, no sé decir cuánto falta todavía ni cómo vá a ser de aqui en adelante, pero las conquistas que conseguí en esta caminada me dan el ánimo suficiente para enfrentar lo que vendrá manteniéndome siempre en la misma actitud de confianza y optimismo.
Yo no comprendo con mi intelecto, sino con mi espíritu, de esto tengo absoluta certeza. Si es válido? No lo sé, mas es de esta forma que el universo aparece y se mueve a mi alrededor, es de esta manera que Dios se manifiesta en mi existencia. El penetra en mi mente, la transpasa y se revela finalmente a mi espíritu, que comprende con perfecta claridad - mismo si a veces puede demorar un poquito- de una forma instintiva y directa, tan directa que no sobra espacio para cuestionamientos. Su presencia, los acontecimientos, sus leyes, sus pedidos, sus dones y regalos. Todo esto con un gotario -como se hace con un niño para que no tenga indigestión- en pequeñas dosis que desparrama a mi alrededor y me vá mostrando a cada momento, manteniéndome así atenta a Su presencia y a Su amor. Es de una delicadeza asombrosa y conmovedora, increíblemente creativa y sorprendente!... Realmente es un padre, una madre un hermano, el mejor amigo... Alguien podría no rendirse a tantos cuidados y mimos?... Yo no lo resisto. De verdad, Ele encontró una manera muy especial y personal de me conquistar!.