segunda-feira, 22 de novembro de 2010

El tiempo del maestro

   Hoy día, excepcionalmente, estoy con el día libre hasta las 18:00, que será cuando tendremos nuestro ensayo general para la presentación de mañana, la última del musical en este año. El fin de semana que viene será la última de la escuela de teatro, con la presentación del grupo infanto-juvenil del cual estoy tomando cuenta -y que está empezando a quedarse muy buena, gracias a Dios- Sólo espero que después de ella podamos  tener un descanso hasta que salgamos de vacaciones, allá por el dia 20 de diciembre. Bueno, se supone que a partir del dia 28 voy a empezar a trabalhar en horarios "civilizados" y no tendré más sorpresas del tipo: "Mañana tenemos una presentación!", entonces pretendo empezar a poner al día mis escritos (incluyendo la historia de "Silvestre", que ya está comenzando a parecer una novela mejicana!) y mis diarios, porque el otro día me dí cuenta, espantada, de que estoy empezando a quedarme sin material para postear aquí y enviar al diario... Necesito desesperadamente de vacaciones para recuperar el control de mi vida y mis saludables rutinas de creación!... También espero que con el resultado de mis exámenes en la mano pueda empezar a solucionar el problema de los dolores corporales y así me sienta más dispuesta y relajada y consiga descansar como se debe, porque lo estoy necesitando. El día 28 o 29 ya voy al laboratorio a buscarlos y el día 1  de diciembre ya tengo marcada la consulta con el médico. Ojalá que él tenga las respuestas... Estoy bastante estresada con este asunto, pero mismo así estoy tratando de no preocuparme antes de tiempo, porque con certeza esto sólo vá a contribuir para que me sienta peor. No tengo otra cosa que hacer a no ser esperar, y la mejor manera de mantener la cabeza en su lugar es escribiendo, no es verdad?.
    Entonces, vamos a poner en práctica esta idea. Aqui vá la crónica de esta semana, casi al día:


    En medio del hall iluminado y ruidoso del teatro, lleno de público, artistas, críticos y reporteros, me véo a mí misma, como un patito feo en medio de los cisnes, medio fuera de lugar entre esta multitud de profesores con mucha experiencia, conocedores de las más modernas y elitizadas técnicas, comprometidos, artistas ellos mismos, con años de práctica y pesquisas, graduados en grandes universidades, que ya leyeron, viajaron, conocieron, experimentaron, administraron aulas para bailarines de alto nivel, desgranando aquel palabreado tan lleno de nombres famosos y términos técnicos que llega a meterme miedo. Personas más viejas, con aquella aura de "monstruos sagrados", versadas en los más diversos y profundos conocimientos sobre danza, biología, cinética, filosofía, política, história, métodos de enseñanza y artes en general... Y aquí estoy yo, la zebra de la competencia, que ni consigo acabar de leér un libro sobre la história de la danza moderna sin tener una jaqueca, y me siento totalmente perdida en medio de sus pomposas conversaciones y disertaciones teóricas tan avanzadas... Miro a mi alrededor, escuchando ese sonido que parece una colmena en frenética actividad, y de repente percibo que nadie está hablando del ser humano, de sus peculiaridades, de su potencial y de cómo él puede ser aprovechado e mejorado para que el alumno no se vuelva solamente un óptimo bailarín, sino también un ser humano mejor, un artista capaz de danzar los movimientos de su alma y del alma de todos los hombres. Todos aquí se llenan la boca para defender sus métodos y proclamar sus éxitos, pero nadie dice una sola palabra sobre el objeto de todas estas discusiones: el alumno, la persona, lo que él tiene que dizer a través de sus movimientos... Entonces, respiro   hondo y me voy a sentar en un rincón de la sala, en el único taburete que sobró, con mi coca-cola en una mano y el programa de esta noche en la otra. Lo abro y doy una rápida mirada a las fotos y los nombres de las performances y de los grupos y solistas. En ese instante, me pregunto si estos profesores y coreógrafos que tanto  se jactan de sus trabajos conocen realmente a las personas que los ejecutan, o si están puramente interesados en su rendimiento técnico, en los aplausos y los elogios, em el premio... "Bueno", me digo a mí misma, "Supongo que estoy aquí para poner esta cuestión en la mesa, a pesar  de toda mi miserable ignorancia". Me muero de miedo de encararlos, encaramados como están en sus pedestales de sapiencia, y despertas su arrogancia y su desprecio delante de lo que vine a decir, que es tan simple y obvio, hasta ingenuo, pero completamente verdadero y necesario: la blasfemia de dejar la técnica em segundo plano para ocuparse de la humanidad los vá a hacer tambalear y ponerse rojos, con certeza!.
    Mas he aquí que, cuando el momento llega, de súbito mi  corazón despíerta y se entibia, se alegra, crece atrás de mis costillas, y mi boca se llena de dulzura, de sabiduría, de compasión, de una incontrolable felicidad, pues estoy a punto de hablar sobre el bien más precioso que nosotros, como maestros, recibimos: el ser humano y su existencia, su ser, su estar, su decir... Y para mi absoluta sorpresa -y la de ellos, apuesto- consigo conversar, exponer mis puntos de vista, explicar con cristalina claridad mis técnicas, mis ejercicios de aula y sus propósitos y resultados, mis objetivos, mis motivos! Consigo hacerme entender y aún sucito una onda de comentarios y preguntas, una curiosidad totalmente inesperada a respecto de mi trabajo, que les parece absolutamente original y, por lo visto, eficiente!... Ellos escuchan, se abren, perciben, hasta concuerdan y me tratan con respeto y una nueva consideración... Y yo me pregundo, pasmada, casi asustada: "Qué es lo que estoy haciendo? Quién soy realmente? Qué es lo que toda esta gente está viendo\? No es lo suficientemente obvio? Cómo fué que llegué aquí? Yo, disertando para estos genios, respondiendo sus preguntas en un debate?"... Pero de dónde viene todo este conocimiento, todo este desplante, esta certeza, esta claridad que no admite contestación, que parece tener todas las respuestas necesarias para que mi trabajo gane apoyo y continúe? De dónde nacen la lógica y la verdad que mis palabras y mis gestos expresan? De dónde vienen mi serenidad, mi certeza?... Y recuerdo aquel capítulo de a historia de Francisco de Asís en el que envía a sus discípulos a predicar sobre la pobreza, la obediencia y la castidad por los caminos del  mundo... "No os aflijais por vuestra ignorancia. En el momento exacto Dios derramará Su sabiduría a través de vuestros labios", les decía a los preocupados hermanos -algunos de los cuales ni sabían escribir- y su confianza nunca fué  traicionada.
    Entonces, llego a la conclusión de que cuando optamos por entregarnos a los planos divinos para cumplir nuestro destino, Dios actúa en nosotros tomando cuenta de nuestros actos y palabras, de nuestra inspiración y creatividad, transformandonos, guiandonos, tocandonos, despertandonos... Todos tenemos nuestro tiempo de maestros, ciertamente, y no podemos huír de este hecho, pues así como es vital que aprendamos a ser discípulos, también tenemos que aprender a ser maestros, porque tendremos que desempeñar estos dos papeles a lo largo de nuestra vida en las más diversas situaciones. Maestro y discípulo forman un solo cuerpo. Cabe a nosotros saber cuándo es el momento de cada uno de ellos actuar.

quarta-feira, 17 de novembro de 2010

Momentos de gloria

Bueno, el fin de semana que pasó presentamos nuestro antepenúltimo espectáculo y, gracias a Dios, fué un éxito. Ni siquiera nosotros mismos esperábamos esa cantidad de público! (200 personas, un record!) Inclusive mi jefe vino a vernos!... Créo que la divulgação que los propios alumnos hicieron funcionó; la internet es buena para eso también... Había personas en el hall -cuando dí una miradita por la ventanilla de la cabina de sonido- que nunca había visto en el teatro, todos jóvenes vestidos de gala, bien educados y dispuestos a divertirse. No hubo ningún incidente antipático durante la presentación, como suele acontecer en otros espetáculos cuando la platéa es compuesta por jóvenes, y créo que disfrutaron de verdad la pieza. Al final, aplaudieron de pié!... Puchas, cómo es agradable ver que el público reacciona tan bien a un espectáculo nuestro!... Todavía nos restan otras dos presentaciones para terminar el año de trabajo: una del musical en este fin de semana, y el fin de semana que viene la pieza de los alumnos de la profesora que fué despedida y que yo estoy dirigiendo, y confieso que esta última me tiene medio preocupada pues, a pesar de que incluí a algunos de mis alumnos del grupo adulto en ella, la cosa todavía no está como me gustaría, pero supongo que voy a tener que resignarme, porque hay cosas que no voy a conseguir cambiar o mejorar, ya que está demasiado encima: manías, vicios y dinámicas de la otra profesora que no tienen nada que ver con mi estilo de trabajo y que, desgraciadamente, van a afectar el resultado final... En fin, tengo que recordar que se trata solamente de una presentación de final de año y que nadie se vá a morir si las cosas no salen perfectas. Estamos haciendo todo lo posible para salvar esta pieza y conseguir que los alumnos tengan su presentación  final con calidad y placer; y eso es lo que cuenta: dar nuestro mejor para que todos brillen.
    Hoy tengo agendada un delicioso masaje relajante a las 19:00 h para ver si mejoran un poco estos dolores en el cuerpo que están robandome el sueño, literalmente. Hice una batería de exámenes para ver de qué se trata y encontrar una solución que mejore mi calidad de vida, porque la cosa está féa, se los aseguro! Sólo espero que no se trate de ni un tipo de enfermedad degenerativa y sí de artrosis o reumatismo que, a pesar de ser degenerativas también tienen tratamientos, remédios y ejercícios que pueden volverlas más soportables. Porque no tengo la menor intención de quedarme paralítica todavía! Tengo muchas cosas que hacer!... Ya basta haber descubierto que tengo talasemia, caramba! Y qué es la talasemia? Pues una falla genética en los glóbulos rojos -o las hemacias, no pesqué bien esa parte- que hace que uno tenga anemias recurrentes. Bueno, menos mal que en mí la cosa se declaró en su forma más suave, que no casi tiene síntomas y sólo necesita de una reposición de fierro y ácido fólico a cada tres meses... Como pueden ver, mi familia anduvo conspirando genéticamente contra mí. Talasemia, diabetes e artrosis o reumatismo... Mmmmm, debo estar pagando algún pecado muy grande y muy viejo, ustedes no encuentran? Pero la purificación siempre es buena: nos ayuda a ser mejores, a aprender compasión y paciencia, y nos hace avanzar más rápido hacia el sueño de perfección.
    Y aprovechando que las manos no están doliéndome mucho, ya voy a postear la crónica de la semana (no me pregunten cuál!)


    En el jardín arruinado y seco de la casa abandonada, tomado por las hierbas salvajes y la basura, por el olvido y los vándalos que pintaron palabrotas y dibujos obcenos en las paredes descascaradas y medio desmoronadas, el ipé amarillo florece. Porque este es su momento. Las ventanas de vidrios quebrados, que más parecen los ojos de un ciego, el portón oxidado y sin goznes, la puerta carcomida y ya blanca por las lluvias y el sol y las paredes despintadas y enmohehcidas no tienen poder suficiente para impedir su florecimiento; entonces, él nos brinda -en medio de la miseria y el abandono que lo circundan- con este espectáculo de absoluta belleza allá, al final de la cuadra, coronando la esquina como un guardián del paraiso, firme y recto, desafiante. Pues, quién osaría mirar la decadencia a su alrededor delante de sus colores, de su armonía, de la luz  que de él se desprende en este final de tarde y que parece poner fuego en los racimos de amarillo vibrante? Un amarillo de victoria, de perfección, de descubrimiento y milagro... Es su momento de gloria y nada puede impedirlo; esperó pacientemente por él, pasando por todas las etapas, las estaciones y barreras, por lluvias y días fríos, por chiquillos sin consideración, por perros y hormigas, hasta que, finalmente, su hora llegó y él impera, magnífico, en el paisaje. Después volverá a ser un árbol apagado en el patio de una vieja casa  abandonada, pero hoy es un milagro para nuestros ojos y yo vuelvo la cabeza para contemplarlo otro poco mientras me alejo por la calle... Entonces, reflexiono: Cuántos de estos momentos nosotros tenemos a lo largo de nuestra existencia? Cuántas veces podemos transformarnos en un glorioso ipé florido que embelleza el escenário y toca el corazón de los hombres a nuestro alrededor? Cuánta perseverancia y fuerza somos capaces de reunir y poner en movimiento para conseguir pasar por todos los procesos y dificultades hasta alcanzar nuestra belleza absoluta?... Pues no importa cuánto ella dure o si después del apogeo tornamos a ser pequeños y banales, lo importante es que acontezca, pues la transformación que ella tráe -para nosotros mismos y para los otros- es algo que permanecerá para siempre.
    Mañana, las flores amarillas cubrirán el suelo alrededor del ipé y nuestros zapatos las aplastarán, apagando su brillo y su magia; el árbol se quedará silencioso y obscurecido, desnudo, retorcido... Pero hoy día, en este instante preciso, el ipé amarillo es el rey de la creación.

terça-feira, 9 de novembro de 2010

El bono

Ya hace unos quince días que estoy tratando de sentarme aqui a escribir alguna cosa y así no interrumpir la publicación de mis blogs, pero me ha resultado absolutamente imposible. Estoy sepultada de trabajo!... Revisando mi agenda ayer descubrí que voy a tener TODOS los fines de semana de este mes ocupados con algún espetáculo: si no es el musical, serán las piezas de fin de año del curso de teatro, el desfile del municipio (durante el cual pagamos todos nuestros pecados por las próximas tres generaciones), el espectáculo de la escuela de ballet, la fiesta nipo-brasilera y cualquier otro evento que mis jefes inventen, sobre todo de última hora. Y, puchas, cómo les gusta hacer esto!... El problema es que, por cuenta de algunos asuntos legales, todos los otros profesores tuvieron sus contratos cancelados, entonces sobramos solamente unos pocos (los concursados) para cubrir todos los eventos que faltan hasta que salgamos de vacaciones (lo que, a esta altura del campeonado, está pareciendome un sueño muuuuuuy lejano). De acuerdo que esto nos vá a valer un montón de horas extra, pero, sinceramente, puedo percibir cómo mis alumnos están exhaustos, a pesar de mostrarse siempre animados y dispuestos a cooperar. Pero a veces a mi jefe se le olvida que ellos no trabajan en la Fundación e que tienen otros compromisos y obligaciones y los sobrecarga con actividades extra aquí. Sé que a ellos les encanta ayudar y producir, pero créo que está llegando la hora de entrar de receso -y yo junto con ellos- para que descansen, se recuperen y reúnan fuerzas para el año que viene, porque estoy convencida de que tendrán mucho más que hacer, lo que vá a requirir mucha dedicación y creatividad de parte de ellos. Espero que todo este  sacrificio y participación les valga coisas positivas (mismo que no séa financieramente) porque se lo merecen.
    Lo bueno de todo esto es que, cada final de semana nos veremos libres de un espectáculo, entonces la agenda vá a ponerse más tranquila; a partir del dia 28 voy a empezar a trabajar en horarios " normales"  (de las 14:00 a las 18:00) hasta salir de vacaciones... Bueno, eso es lo que espero, pero no sé, con esta falta de personal y todos los eventos que tenemos todavía... Putz, será que voy a tener que disfrazarme de Mamá Noel y andar en el trencito de navidad por la ciudad con los niñitos?... Dios me libre! En la primera curva ya voy a arrojar unos cinco o seis por la ventana!... Eso si ellos no me chutéan del tren primero...
    Bueno, y antes de que a alguien se le ocurra telefonearme convocandome para alguna reunión tenebrosa sobre la programación de navidad, aprovecho para decirles que ya hace unos diez días posté otra parte de la história de "Silvestre", entonces ya pueden entrar y saber potro poco sobre él. Y enseguida, aqui vá la crónica de la semana pasada... o de la anterior, ya no sé más. Este negocio de trabajar de domingo a domingo me tiene completamente perdida en esa cuestión de fechas. Pero, en todo caso, aquí está:


     Danzar, descubrir los movimientos del alma, entrar en el ritmo del universo: estas son cosas  que parecemos no saber, mesmo siendo vitales para a nuestra sobrevivencia.... O será entonces que nos olvidamos de ellas a lo largo de nuestra vida porque pensamos que eran fantasías ingenuas de nuestra infancia y adolecencia en las cuales no valía la pena invertir?... Sin embargo, si conseguimos deshacernos de todas las costras y preconceptos que fuimos criando al crecer, seremos capaces de danzar, de reconocer los movimientos de nuestra alma y de expresarlos fielmente para que formen parte de la eterna y perfecta coreografía de la creación. Esta es una posibilidad que nace y muere con nosotros, mismo que nunca lleguemos a tomar conciencia de ella. Es como un bono, un premio anticipado al cual todos tenemos derecho. Es parte indivisible del hecho de ser humanos, está embutido en nuestra escencia y nada de lo que hagamos lo arrancará de nosotros. Pues si no, cómo explicar de dónde viene la sabiduría que a veces ostentamos y que tiene el poder de transformar el mundo? Hacemos cosas sin nunca haber visto o escuchado sobre ellas, creamos del aparente nada -de un sueño, de una visión, de una necesidad- escalamos peldaños y construímos puentes, abrimos caminos impenetrables con la certeza absoluta de que, al final, encontraremos algo que nos  tornará mejores. Vivimos tomados por presentimientos, por idéas, por aquella sed de aprender, de descubrir, de crear, de ir adelante y siempre conseguimos superarnos, sobrevivir, continuar... Y cuál es el secreto? Darle salida a toda esa energía, escuchar las voces que susurran en nuestro interior. Escuchar y acatar, pues ellas realmente existen y tienen un objetivo en nuestra vida, son indispensables para nuestro crecimiento. Quién ya no tuvo "aquella sensación"? Quién no sintió -por lo menos una vez en la vida- aquel "llamado"? Y quién, ni que fuese durante algunos minutos, no creyó en él y consideró dejarlo todo para ir atrás de esa voz dulce y poderosa?... Y, sin embargo, quién persistió? Quién tuvo el valor de perseverar en el camino, de creér en la visión?... Hombres de poca fé, eso es lo que somos!... Por qué buscamos en el exterior lo que ya sabemos que poseémos dentro de nosotros? Qué es lo que sucede en nuestro interior que no tenga su reflejo y su respuesta en el universo que nos rodéa? Por qué nos negamos tan obstinadamente a aceptar y vivenciar esta ligación íntima -humana y divina- entre el hombre y la creación?... La certeza espiritual de nuestras opciones siempre tendrá su recompensa, por eso no debemos dejar que ni una duda nos paralice. No somos los primeros ni seremos los últimos a buscar, pues nuestras necesidades eran y continúan siendo las mismas, pero parece que, de vez en cuando, preferimos olvidarnos de ellas y de cómo satisfacerlas para poder continuar nuestra caminada sin tanto sufrimiento, sin tantos tropiezos y desvíos. No sé por qué tenemos estas rabietas, estas crisis de rebeldía contra Dios y las leyes universales -físicas y morales-  le damos la espalda a todo lo que sabemos que es cierto y nos zambullimos en abismos de los cuales demoramos tiempos infinitos para resurgir, humillados y heridos, casi destrozados y, una vez más, ser acogidos por los brazos de nuestro Padre que, pacientemente, continúa de corazón abierto, dispuesto a darnos otra oportunidad de recomenzar.
    Reaprender. Redescubrir. Retomar. Recrear... He aquí lo que vinimos a aprender y a enseñar en este planeta.