sexta-feira, 25 de novembro de 2011

"Animales y plantas"

Estoy perfectamente conciente de que pueden terminar odiándome porque parece que estoy haciéndome la difícil sobre ese asunto que no se resuelve nunca, pero créanme, estoy tan paranóica y frustrada cuanto ustedes con esta demora. Sinceramente, no quería tener que salir por ahí dando ultimatos, pero a lo que todo indica, voy a tener que terminar haciendo esto, lo que puede significar un atraso todavía mayor de mis proyectos... Es como dicen: "Si correr, le león ataca, si parar, el león come"!... Por qué a las personas les gusta tanto complicar las cosas en vez de aceptar la realidad y actuar según ella? Yo estoy haciendo todo de mi parte para que la situación se resuelva pacífica y rápidamente, estoy tratando de continuar con mi vida a pesar de esta horrible sensación de inmovilidad, de limbo, de expectativa casi insoportable. Estoy luchando contra el desánimo, el pesimismo, la rabia, el resentimiento y el stress, porque sé perfectamente que son sentimientos que nos  dejan enfermos, pero hay momentos en que es casi imposible. No estoy consiguiendo trabajar, producir, crear, concentrarme, interesarme por nada que no séa la actitud de "alguien" debería tomar para que mi vida vuelva a moverse, para que yo pueda llevar adelante mis planes... Menos mal que ya estamos casi saliendo de vacaciones en la fundación, entonces no hay mucho que hacer a no ser preparar las presentaciones de navidad, lo que no es muy complicado porque estos alumnos ya tienen experiencia, entonces no tengo que estar encima de ellos. Si tuviera más responsabilidades no daría cuenta de ellas, para que véan cómo la cosa está fea... Pero como no puedo hacer nada a no ser esperar y tener paciencia y continuar con mi vida para no volverme loca o salir insultando o dándole unos puñetes a "alguien", trato de mantener aquellas rutinas saludables. Por lo menos sirven para hacer cuenta que todo está bien. En diciembre voy a tener más tiempo todavía porque voy a volver a trabajar solamente en las mañanas (se acabaron las horas extra!) entonces voy a retomar mis caminadas diarias, que me hacían tan bien física y espiritualmente. Tal vez esto ayude a hacer soportable la demora.... Pero la solución sería, realmente, que "alguien" tuviera coraje y tomara una actitud de una vez por todas!
    Entonces, vamos a la crônica:

   Animales y plantas son, definitivamente, una estupenda terapia para cualquier neurosis, depresión, angustia o miedo, pues al ocuparnos -y preocuparnos- con estos otros regando, podando, alimentando, bañando, cavando o jugando, somos obligados a salir de nosotros mismos y de nuestro mundo pequeño y opresivo y a envolvernos y encantarnos con lo que existe fuera de nosotros, con esta creación milagrosa y llena de detalles reveladores, nos responsabilizamos por algo fuera de nuestras propias aflicciones y necesidades y, de una forma o de otra, aprendemos a sobrellevar, a perdonar, a encontrar salidas y respuestas al interactuar con algo que no interfiere, no cobra, no juzga ni condena nuestro comportamiento, no pone plazos ni deséa otra cosaí cada planta, cada árbol, dibujé los canteros y dispuse el lugar de flores, arbustos y piedras, escogí el tipo de césped, las baldosas y enredaderas, por lo tanto, tengo una ligación con él y sé que si no lo riego vá a terminar secándose, pero, mismo así, ni una palabra o gesto de recriminación saldrá de él. Me siento libre y leve toda vez que trabajo en la tierra, cuando podo los arbustos o riego los maceteros y canteros, cuando desparramo migajas encima del muro o le cambio el água al bebedor de los pajaritos; pues no hay prisa, no hay exigencias, no hay reglas; este jardín es una interminable sucesión de pequeñas maravillas y milagros que le hacen bien a mi alma, me dan alegría y ánimo, me recuerdan que la vida es superior a cualquier problema, a cualquier pérdida o fracaso y que siempre debemos continuar, virar la página, porque las estaciones vienen y van, los ciclos se cumplen, se nace y se muere, y ni una gota de toda mi preocupación puede cambiar esto.
    Ya con los animales -mis dos perritas y todos los pajaritos que vienen a comer pan- la compañía, la fidelidad, el amor incondicional, la lealtad y la capacidad de vivir cada momento plenamente que demuestran son un ejemplo para nosotros, que vivimos planeando y sufrieno por un futuro que no existe, corriendo, chismorreando, traicionando, pisando y despreciando a os otros, valorándolos por sus posesiones y por lo que podrían hacer a nuestro favor en vez de aproximarnos a ellos por lo que son, por lo que podemos aprender y compartir. El perro se conforma alegremente con un pedazo de pan seco, si es solamente eso lo que su amo tiene, con unas carícias en la cabeza o la panza, con algunas palabras o simplemente una mirada de cariño; nunca se enojará porque no somos perfectos ni hará escenas de celos, no exigirá comportamientos ni belleza, atención absoluta, no mentirá ni traicionará nuestra confianza. Entonces, quién mejor para sentirnos confortables y hacer confesiones que a nadie más le diríamos?...
    Animales y plantas, decididamente, curan, enriquecen, nos vuelven seres humanos mejores.

sexta-feira, 18 de novembro de 2011

"Regar"

Bueno, si yo pensaba que las cosas iban a estar resueltas esta semana, tengo que admitir que estaba equivocada, lo que, desgraciadamente, vá a significar un poco más de espera, stress y oraciones... Sí, porque a esta altura del campeonato, sólo me resta poner todo en las manos de Dios que, como deben suponer, nunca me decepcionó. Honestamene, no quiero tener que dejar de lado los buenos modos, pero encuentro que es completamente inútil, un verdadero desperdicio de energía y creatividad, el hecho de querer prolongar una situación que no tiene más vuelta. Entonces, por qué no aceptarla y seguir adelante en vez de querer detener los acontecimientos naturales? Por qué no dejarlos fluir y virar la página en vez de hacer rabieta y prolongar el sufrimiento, la ansiedad, el disgusto, el clima funesto?... Es una cosa que no consigo entender. Pero créo que aquí se puede aplicar el dicho: "La esperanza es la última que muere", y yo misma ya hice esto várias veces en mi vida. Supongo que el factor sorpresa y la firmeza de mi decisión es lo que está pesando en esta demora. Pero nada vá a  cambiar por el hecho de ser obligada a esperar un poco más. Eso ya está absolutamente claro.
    Y ustedes no deben tener la menor idea de lo que estoy hablando, verdad? O entonces, ya debe haber algunos que entendieron la historia y están haciendo barra para que mis planos tengan éxito. Ojalá, porque estoy necesitando toda la vibración positiva que pueda conseguir!... Tal vez la semana que viene las cosas se aclaren y quién sabe pueda revelar, finalmente, este misterio. Pero en cuanto continúe esta negación de la realidad, el resentimiento, el miedo y la falsa esperanza, el asunto vá a continuar enroscado. Por eso pido la luz, la misericordia y la serenidad de Dios para que todo termine bien para todos, lo más brevemente posible.
    Y después de tanto misterio y tantos enigmas, aquí vá, de una vez por todas, la crónica de esta semana! Gracias a Dios estoy teniendo un poco más de tiempo y calma, pues las clases en la fundación terminan la semana que viene y después nos van a quedar solamente los ensayos y presentaciones de la programación de navidad. También tendremos algunos eventos de los cuales seremos obligados a participar, pero solamente como espectadores. Mi horário vá a cambiar de nuevo y voy a volver a tener las mañanas libres -menos los lunes porque tenemos reunión administrativa- pero volveré a la casa tarde por causa de esas presentaciones... Adiós horários civilizados para cenar y tomar los remedios!... Bueno, pero serán sólo 18 días de sacrificio; después saldré de vacaciones y mi rutina de diabética obediente vá a volver a valer... Y espero que algunas otras cosas positivas sucedan también!...


     No sé por qué, pero para mí, existe algo de redención, de catarsis, de bendición, algo como un bautismo y una libertación en el simple acto de regar las plantas. Ver el chorro de ága cruzar el aire y caer sobre el pasto y las flores, sobre la tierra seca, en aquella mezcla de violencia y carícia tan necesaria para mantener la vida, me dá la sensación de alivio, de milagro. Es como una pequeña revelación sobre la resurrección, sobre la omnipresencia divina en nuestra vida -que nos hidrata a cada paso- es darse cuenta de que en todo lo que hacemos, por más banal que parezca, existe un mensaje, un detalle precioso a ser observado, asimilado y agregado a nuestras propias vidas. Todo lo que nos rodéa está allí para ser percibido, meditado, incluído en nuestra rutina diaria, porque todo es valioso... Al ver las gotas cayendo sobre las hojas y pétalos, sobre el tapete verde y obscureciendo la tierra sedienta, que parece esperar ansiosa y agradecida este instante, tengo la impresión nítida de que estoy regando mi própio corazón, limpiándolo y renovándolo, dándole nuevas fuerzas e inspiración, haciendo crecer sus raíces en dirección al amor...
    Sostener la existencia con este simple gesto, ayudar a generar vida y luego ver los brotes surgiendo, primero tímidos y pálidos, y después firmes y vigorosos, coloridos y perfumados, adornando la planta o el árbol, la plaza, el cantero, el macetero, el jardín, nos dá esa sensación de victoria, de belleza, de perfección, de un verdadero milagro del cual somos participantes directos... El água es realmente milagrosa, porque promueve transformaciones vitales, profundas, a veces inesperadas, pues alcanza las raíces y es capaz de revivirlas. Es la fuerza renovadora y purificadora por excelencia, cuando no llega demasiado tarde...

terça-feira, 8 de novembro de 2011

"Miedo o amor"

   Ya sé que he andado medio desaparecida estos últimos días, pero es porque las cosas andan medio complicadas por aquí, entonces es un poco difícil conseguir tiempo y dejar que la inspiración fluya. Pero como hoy día es el aniversario de Ibiporã y tengo algunas horas libres antes del maldito desfile  de todos los años (que esta vez será, no temprano en la mañana, sino a las 19:00h... No me pregunten de quién fué la idéa, pero como el desfile es siempre una lata absoluta, en realidad dá lo mismo a la hora que séa) créo que voy a dar cuenta de postear las dos crónicas, la del blog y la del diário, y hasta voy a tener tiempo de dar una dormidita después de almuerzo porque ayer en la noche, entre mi vecino que pone el despertador a las 3 de la mañana (créo que tiene que levantarse tan temprano para ir a la chacra) y algún gato desgraciado que inventó pasearse por mi patio y dejó a las perras locas corriendo y ladrando, amanecí completamente para la cagada. Entonces, si pretendo no tener un faniquito bien en medio del desfie, es mejor que trate de descansar un poco antes de ir para la fundación... Es divertido cómo ese tipo de cosa, más algunas otras que están demorando mucho para definirse, lo afectan a uno para desempeñar cualquier actividad. Yo, sin dormir, soy como el Titanic hundiéndose en el mar, y no existe rezo que me haga flotar de nuevo!... Debe ser la edad llegando, no? Los viejos parece que están siempre buscando algún rincón para tirarse una siestecita. Bueno, también puede ser el cansancio normal de fin de año, o entonces el stress de esta otra situación que no se resolve luego (calma, ya van a saberlo todo!) pero últimamente ando cayéndome sola de tanto sueño y falta de energía.
    Entonces, antes de sucumbir a esa sensación de arena cerrandome los ojos, aquí vá la crónica de la semana.

    Nuestros disfraces son numerosos, uno para cada ocasión, simples o elaborados, permanentes o esporádicos, pero siempre a la mano, como una carta escondida en la manga... Y por qué los usamos? Para defendernos, para esconder debilidades, humillaciones, fracasos, para crear ilusiones de éxito y poder, para seducir, para manipular. Pero en realidad, todas las razones se remiten a una sola: miedo. Quien se disfraza lo hace porque recela mostrar su verdadera faz, porque no quiere correr el riesgo de dejar el corazón expuesto, sin saber que éste es fuerte y determinado y que soportará todas las probaciones que le séan impuestas. No confiamos en él porque no confiamos en nosotros mismos ni en los demás, entonces preferimos engañar y ser engañados para vivir en una paz fictícia... Pero Dios sabe cuál es nuestra verdadera cara y, no importa de que laya nos la pintemos, El  siempre nos reconocerá y nos llamará por nuestro nombre. Inventamos mil motivos, disculpas e historias, pero El sabe cuál es el verdadero motivo de nuestro dolor y de nuestra felicidad. Creamos opciones, salidas y soluciones que nunca duran lo bastante, sabiendo que solamente existe un camino. Somos porfiados, vanidosos, orgullosos y queremos las cosas a nuestra manera, dentro de nuestros plazos y condiciones... Pero lo que nos atormenta es tan simple, tan básico, tan óbvio! No necesitaríamos salir por ahí contando cuentos, representando personajes, construyendo status!... Todo lo que nos aflige, nos hiere, nos aisla y nos castiga es, meramente, la falta de amor, y por eso somos víctimas de las infiitas expresiones de este mal, de todos los pecados que esta falta nos hace cometer. Podríamos describirlo de tantas formas, darle tantas caras y voces! Podríamos hacer una lista interminable de sus síntomas y efectos colaterales y afirmar que, sin duda, se no nos curamos, esta falta de amor podrá volverse una enfermedad mortal.
    Es increíble, pero todo en nuestra existencia se reduce a esta palabra: amor. Su presencia ou ausencia hace realmente toda la diferencia en la vida de alguien, porque con él puede tenerse todo o no tenerse nada, puede erguirnos o destruirnos. Todo viene del amor, vivimos por él y por él morimos, todas nuestras acciones son comandadas por el amor. Lo buscamos sin descanso a lo largo de toda nuestra vida, durante cada segundo, en cada acción y pensamiento, en cada encuentro; lo practicamos -bien o mal- lo enseñamos, lo mendigamos, somos sus dueños y sus esclavos. Todo es generado por él, mismo distorcido o extraviado. Nada hay en nosotros que no séa movido por este ideal. Podemos conocer tan sólo una parte de él o conocerlo por entero, pero nunca nos sentiremos saciados de su dulzura, de su paz, de sus milagros. Nos entregamos a él sin reservas, porque confiamos en su sabiduría y poder; o lo rechazamos porque nos hace sufrir y nos exige demasiado, pero nunca podremos olvidarnos de que él existe y espera por nosotros... El amor es el gran movimiento, el movimiento total y perfecto, pues contiene todas las acciones, todos los pensamientos, las intenciones, los esfuerzos y sueños del ser humano, de un modo o de otro. Es de donde vinimos y adonde retornaremos al final de nuestra jornada; es nuestra raíz, nuestro alimento, nuestro puerto. Cómo podríamos entonces existir sin él, sentirnos humanos, civilizados, completos, si no lo practicásemos de alguna forma?... Buscar, encontrar y vivenciar el amor es la gran misión del hombre, lo que lo torna humano y divino; es su deber y su recompensa, su filiación. Es lo que lo mantiene vivo y le confiere esa chispa divina que lo vuelve hijo de Dios.