sábado, 9 de julho de 2011

Nuestro padre

Bueno, esta será la última crónica que voy a postear antes de mi viaje (parto el viernes 15 al mediodía) pero si puedo, voy a tratar de publicar una desde allá la semana que viene. No sé si voy a conseguirlo, pero no será por falta de un computador (dónde NO hay un computador?) sino por cuenta de las emociones por las que estaré pasando y que, tal vez, me roben un poco de concentración e inspiración... Bueno, eso es lo que sucede cuando uno se acostumbra a vivir y hacer todo en una ciudad pequeña: el día que aparece un viaje importante uno se despelota toda, le sube la glicemia, a presión y la ansiedad, y la gastritis ataca a traición hasta cuando tomamos un vaso de água. Puchas, me acuerdo de que cuando vivía en Santiago me las arreglaba para andar por la ciudad para arriba y para abajo sin ningún problema! Será que es la edad, que la deja a uno más frágil e insegura? O será que me transformé mismo en una palurda que crée que el avión se la vá a comer?... "Mi, Tarzán. Tú, Jane"... Estoy sintiendome más o menos así!... Pero créo que voy a conseguir hacer todo lo necesario sin mucho pánico porque no es en vano que soy extremadamente organizada y vá a haber otras personas conmigo, entonces... Quien boca tiene a Roma llega, no es verdad?.
    Y antes de que empiece a divagar de nuevo sobre el viaje, aquí vá mi última crónica desde acá:


     "El reino de Dios está dentro de tí, a tu alrededor, en cada manifestación de vida, en todo tiempo y espacio, y no solamente en edificios, rituales o imágenes. Arranca una astilla de madera y Me encotrarás. Levanta una piedra y Yo estaré allí. Mira a tu izquierda, mira a tu derecha: Yo estoy allí. Escucha de lejos, escucha de cerca: es Mi voz que resuena en todos los lugares..."
    Así estaba escrito en el viejo pergamino que el conocido pesquisador sostenía en sus manos temblorosas, después de haberlo desenterrado de entre las piedras de un tempo en ruínas, y sus ojos, acostumbrados a las maravillas y sorpresas que sus descubrimientos le traían, se abrían, brillantes de emoción, mientras su mente y su corazón asimilaban las palabras delante suyo, tan claras y simples, tan lógicas, pues si era realmente Dios quien había creado todo lo que existía, entonces era obvio que El estaba en cada criatura, en cada proceso, en todos los acontecimientos y manifesaciones... Cómo podía ser que ya en aquella época hubiese alguien que había comprendido esta magnífica verdad y escrito sobre ella y, a pesar de ello, hoy día las personas se encontrasen tan lejos de Dios?, se preguntó, admirado. Por qué ese pergamino había sido enterrado en vez de revelado? Por qué los hombres continuaban con tanto miedo de la cercanía de Dios?...
    Las verdades eternas están allí, delante de nosotros, a cada paso, en cada acontecimiento. Las respuestas para nuestras preguntas y dilemas flotan a nuestro alrededor como mariposas en torno de la luz, y podríamos pescarlas a cualquier instante, bastaría sólo un gesto: abrir los ojos y el corazón para percibirlas, para escucharlas, y la fé para aceptarlas. Son nuestras y están ahí para que las usemos a fin de mejorar nuestra vida. Están en los encuentros que tenemos, en las músicas que escuchamos, en el arte de cuadros y esculturas, en las películas y séries que acompañamos, en los diarios y libros que leemos, en la propaganta a veces tan tediosa, en el sermón en la iglesia, en la boca del mendigo, del niño, del campesino; están en las personas, en las estaciones, aeropuertos y esquinas, en los animales, en cada detalle que rellena nuestra rutina diaria... Sin embargo, continuamos buscando, clamando, desesperandonos, reclamando y cobrándole a Dios una intervención, un milagro, una señal, sin darnos cuenta de que El ya hace todo eso y que nosotros no nos damos cuenta simplemente porque, en el fondo, no creémos que pueda estar tan cerca y mostrarse tan simple -hasta banal!- tan constante y original, tan accesible, diverso e ingenioso. Pero si dejamos de lado preconceptos, falsas humildades, culpas y la tan famosa "seriedad adulta", vamos a descubrir que, por más fantástico e ingenuo que pueda parecer, El está realmene a nuestro lado en todo momento, hablandonos, escuchandonos e interactuando con nosotros de las formas más inesperadas, y que para cada uno tiene un plan y un método, una manera toda especial de hacernos entender que es nuestro padre y se preocupa por nosotros porque nos ama... Y que siempre encuentra medios originales y tiernos a través de aquello que conocemos y con que convivimos a cada día para demostrarlo.

sexta-feira, 1 de julho de 2011

El espejismo del dolor

Releyendo mi última publicación me dí cuenta de que hablo de una maleta, pero no explico el por qué... Bueno, es que ando tan traumatizada con este negocio de la presentación del musical -que ciertamente vá a ser el fiasco del año porque nadie quiso darme oídos- que ni me acordé de contar que durante as vacaciones de los alumnos de la fundación voy a viajar... En realidad, desde  que lo supe, parece que sólo pienso en esto y que todo lo demás perdió la importancia: las clases, los ensayos, la catástrofe inminente del espectáculo, los problemas con mi jefe... Mi hija decidió darme este regalo maravilloso para conmemorar mi cumpleaños, entonces ya me estoy preparando para las emociones y el frío, que debe estar de matar donde estamos yendo. Pero anduve comprando unas parcas y unas ropas pesadas, medias de lana, gorros, bufandas y guantes y una maleta extragrande para guardar las ropas gruesas y las botas, entonces el clima no me vá a pescar tan desprevenida... Puchas, ahora me doy cuenta de cómo me desacostumbré con el frío de verdad, ese que hacía en Santiago! Ahora, cualquier vientecito helado y ya estoy con el trasero y la nariz congelados!...Menos mal que estos últimos días han sido como una previa de lo que me aguarda allá, entonces no ando reclamando mucho del frío porque, con certeza, voy a enfrentar algo bien peor allá.... El único problema es que con todas estas compritas de última hora mis cuentas aumentaron un poquitín y más encima, como ya usé mis días de vacaciones, el sueldo de agosto vá a venir bien disminuido porque van a descontarme los días -menos mal que el abono de julio vá a compensar un poco mi desfalco!- entonces me voy a quedar bastante arruinada un par de meses, cosa que anda robándome el sueño, pero si comparo este viaje  todo lo que él significa con el montón de carnets dentro de la bolsa de nylon en el cajón de mi escritorio, créo que consigo encarar a mis acreedores con más tranquilidad -y cara dura- Hasta porque ellos saben que no soy una sinvergüenza y que este "imprevisto" fué algo absolutamente irrecusable. O hacíamos este viaje ahora, aprovechando las vacaciones de mi hija y las de los alumnos de la fundación, o no sé cuándo podríamos volver a tener la oportunidad.... Y otra cosa buena: hoy en la mañana mi empleada encontró el diario en el garage (que es el que publica mis crónicas) lo que significa que tal vez mi esposo renovó el contrato -estoy rezando por ello- y no voy a tener que ir más a la farmacia todos los miércoles para dar una ojeada en el cuaderno dos, cosa que ya estaba dejándome muy embarazada!...


    Sé que existen numerosos espejismos e ilusiones en nuestras vidas -la mayor parte creados por nosotros mismo por las más diversas razones- y que a veces nos dejamos envolver completamente por ellos, lo que nos hace pasar por momentos extremadamente difíciles que, con certeza, no lo serían tanto si percibiésemos que se trata solamente de eso: una ilusión, un espejismo que sólo empeora la situación porque creémos en él. Por ejemplo: todas las veces en que nos encontramos sumergidos en el dolor, séa físico o espiritual, tenemos la aplastante y terrible impresión de que nunca más vamos a conseguir salir de él, de que continuaremos hundiéndonos en el abismo del abandono y el pesimismo y nada bueno volverá a sucedernos. A veces, las heridas que cargamos o recibimos son tan profundas y nos provocan angustias tan grandes que morir desangrados nos parece el único fin lógico e inevitable. Nada nos consuela, ni una luz ilumina nuestra obscuridad, ni una mano nos sostiene para que no caigamos en el abismo... Es entonces que aprendemos que e dolor y la desesperación  desaparecen solamente cuando su ciclo se completa, y sólo entonces. Aprendemos que es necesario pasar por él y llegar al fondo de la experiencia para aprender la lección en ella contenida, para solamente despues libertarnos de las sombras y retornar lentamente a la luz, a la vida, a lo que todavía nos aguarda... Regresamos entonces, porque el instinto de supervivencia es el más poderoso que  poseémos y, recogiendo los pedazos destrozados y en carne viva, retorcidos e exhaustos, vacíos, que sobraron de nuestra batalla, los vestimos heróica y porfiadamente e retomamos nuestro camino, continuamos con nuestros planes, amamos, reímos, comemos, conversamos, nos acostamos y nos levantamos con algunas nuevas cicactrices, es verdad, sin embargo concientes de lo que ellas nos enseñaron; seguimos adelante más fuertes y sábios, más valientes y compasivos, habiendo comprendido que el  espejismo del dolor no pasa de esto: una ilusión de la cual siempre seremos capaces de resurgir. Y este es otro de los milagros que nos es dado realizar en esta vida.