quinta-feira, 15 de janeiro de 2009

Bruno

Me gusta quedarme observando a Bruno, mi alumno de artes plásticas que viene de la Taquara do Reino, uno de los barrios más pobres de la ciudad... Llega siempre con correcta antecedencia y viene como si hubiera acabado de salir del baño, o como se fuera a una fiesta, el pelito cuidadosamente peinado y las ropas pareciendo recién sacadas de los cajones, a pesar de gastadas y medio descoloridas. Rostro y manos limpias, uñas bien cortadas, zapatillas viejas pero limpias. Es tremendamente educado y discreto, entra a la sala sin hacer ruido, vá para su lugar, toma lo que necesita para trabajar y permanece la aula entera sentado allí, de cabeza baja, totalmente concentrado en su obra. A veces se detiene y contempla la hoja de bolck con un aire crítico y serio, arregla aqui, pinta de nuevo allí, borra una línea, escoje un color, traza algunos contornos y para de nuevo para apreciar el resultado, con aire satisfecho. Casi no conversa con el resto del grupo, que no por eso lo excluye, pero a veces sonríe -y hasta casi ríe- con algunas de las bromas o payasadas que hacen, pues son realmente divertidas... Lo espío en silencio desde mi silla y no sé por qué me siento tan encantada con él. Raramente me dirige la palabra o me pide alguna orientación, pues siempre parece saber lo que quiere y de qué manera pretende realizarlo. Parece zambullido en un universo totalmente propio, medio a la defensiva, como si tuviese recelo de abrirse, de integrarse en el mundo de los otros niños con más dinero. Mirándolo me pregunto cómo será su vida, por cuáles experiencias pasó, cómo son sus padres, si tiene hermanos, si juega con los otros niños de su escuela o de su calle, si suelta volantines, si chutea una pelota, si corre atrás de los perros. Me pregunto cómo será su casa, pues sé que en la Taquara la población está extremadamente necesitada y desamparada, si tiene juguetes, cómo es su cuarto, en qué trabaja su padre, si ya le pegaron con un cinturón o un zapato... Será que tiene otra chaqueta fuera esta que está usando hoy? Y otro par de zapatos fuera esas zapatillas zurradas y medio deformadas que amenazan largar la zuela en el medio del camino? Qué será que almorzó hoy?... Y será que almorzó? Será que pasa frío? Será que tiene deséos frustrados?... Pero si los tiene, debe encararlos con la dignidad de quien sabe que no adelanta reclamar, con la conciencia de aquel que está acostumbrado con su destino. Bruno tiene un perturbador reflejo de recelo y resignación en la mirada, como de quien no espera nada pero guarda en el fondo algún sueño inconfesable que un dia espera ver realizado, probablemente por su propio esfuerzo. Todo él exhala una secreta mas poderosa determinación, a pesar de su aparente conformidad. Puedo sentir que atrás de su silenciosa humildad se esconde una fuerza especial que será capaz de salvarlo de un destino muy probable: la marginalidad, de la cual pocos escapan en el lugar donde vive...
Quería poder acompañarlo por más tiempo, escucharlo hablar de sus planes, verlo sonreír un poco más, mostrarle otros horizontes que, tengo certeza, su sensibilidad sabría apreciar y aprovechar, pero sé que en el fin de año se marchará y tal vez nunca más vuelva a encontrarlo... Es alguien especial, ciertamente, alguien con una llama interior que jamás debería apagarse.
En mi insignificancia voy a pedir mucho para que esto no suceda... Y espero que Dios me escuche.

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