sexta-feira, 22 de janeiro de 2010

Únicos e insubstituibles

Créo que llegó el momento de empezar a arreglármelas sola en vez de andar importunando a los demás para que me hagan algunos favores... Por qué estoy diciendo esto?... Simplemente porque ayer, después de pedirle mucho a mi hermana que me colocara los contadores de visitas en los blogs nuevos, decidí hacer el experimento y buscar yo misma algún contador gratis y el esquema para bajarlos en los blogs a través del Google (y esto no es una propaganda!)... Y no fué que lo encontré? Y no fué que conseguí bajar toda la cosa -bueno, si no lo consiguiera tendría que ser internada en una institución para deficientes mentales!- y ya estoy con mi contador en el blog?... De acuerdo, no es ESE contador todo coloreado, con banderitas y detalles sobre cómo, cuándo, quién y lo que fué leído, pero mientras mi hermana no consigue bajar el otro, me las voy arreglando con este. Confieso que me sentí la verdadera conquistadora del monte Everest cuando lo ví instalado!... Y a final de cuentas, lo que interesa es saber el número de visitas que recibí en el blog, no es verdad?... Lo demás es pura frescura... pero tengo que admitir que causa una tremenda impresión!
Y aquí vá la de esta semana:

A veces me quedo aquí pensando que si aceptáramos serenamente lo que somos y lo que tenemos que hacer, nuestra alma viviría en completa serenidad y certeza. Evitaríamos tantas luchas estériles, tantos choques y confusiones, tantos conflictos dentro de nosotros mismos, tanta angustia y gasto inútil de energía! Por qué será que siempre queremos ser otra persona, hacer algo diferente de lo que podemos, estar en otros lugares, conocer personas diferentes, no importa se éstas que están a nuestro alrededor son las que verdaderamente pueden ayudarnos y enseñarnos? Para qué queremos tener y saber cosas que no son realmente útiles? Por qué no nos conformamos saludablemente con lo que nos toca, no importa si parece pequeño o banal, sabiendo que toda acción -por menor que séa- es vital para que la história del hombre acontezca?... No se trata de bajar la cabeza y resignarse con cualquier cosa, sino de ser realista y práctico, leal a nuestra escencia, a nuestro propósito en esta vida, en vez de pasarla tratando de hacer cosas diferentes, de seguir caminos y hacer opciones que no nos corresponden, atrasando así los procesos y eventos en los cuales estamos de veras envueltos y que necesitan nuestra participación. Aquello que somos generalmente no condice con lo que parecemos -justamente por causa de nuestra porfía en aceptar nuestra verdadera parte en la historia, lo que nos lleva a aparentar, a inventar y tratar de vivir una vida distinta a aquella que nos pertenece y en la cual estamos perfectamente encajados- sin embargo, si penetramos profundamente en nuestra alma vamos a alcanzar nuestra verdad, que no entra en conflicto con nada ni nadie. Todos tenemos las cualidades necesarias para cumplir con éxito nuestra misión, y son ellas las que nos hacen ser como somos, pues siendo esta taréa solamente nuestra, estas cualidades también lo son e por eso nos vuelven únicos e insubstituibles. Entonces, por qué no aceptarlas y trabajar con ellas? Por que buscar más allá de lo que Dios pone delante de nosotros? No hay provecho en vivir deseando lo que es de otros y despreciando lo que nos fué especialmente dado, pues existe un motivo bien específico para esto. Lo que es de los otros no nos servirá, por más que lo intentemos, pues tarde o temprano dejará de funcionar y nos dejará de manos vacías. Así también, lo que nos pertenece no le servirá a nadie más. Esta es una de las leyes universales inflexibles. Entonces, hagamos nuestra parte lo más perfectamente posible, sin medir tamaño o peso, y veremos que, al juntarse con las de los demás, construirá nuestro futuro.

sexta-feira, 15 de janeiro de 2010

Iluminados

Y a quí vá la segunda de esta semana. Espero que les guste!.

Conversando con mi hermana sobre un libro que está leyendo y que habla de los "iluminados" de la historia y de los conflictos que enfrentan, llegué a la conclusión de que, sí, los iluminados -inclusive Jesús- continúan siendo seres humanos y, mismo perfeccionando y venciendo mucha cosa de sus personalidades, son frecuentemente tentados y tomados por las dudas, el desánimo, la rabia, el miedo, el cansancio y hasta por la depresión y la profunda angustia existencial. Créo que estos períodos son los llamados de "noches obscuras" en la religión católica. De repente, les falta la certeza, pierden la coherencia, la fidelidad falla, no consiguen poner en práctica sus propias enseñanzas. La noción de la verdadera dimensión de su misión se vuelve confusa, deformada, casi aterradora, tanto cuando aquella sensación de soledad y abandono... Y yo digo: por qué no? El hecho de ser humanos nunca fué un estorbo para que hiciéramos el bien!... Nuestra luz se mezcla, naturalmente, con las sombras, con las marcas de nuestras experiencias personales y es justamente esto lo que le dá carisma a nuestra santidad. Este es el desafío, que no todos consiguen vencer, en esta caminada. Pero créo que se puede mitigar un poco esta obscuridad, este período de "limbo", percibiendo que cada uno de nosotros tiene su cuota específica en la historia planetaria. Nadie es dueño de toda la sabiduría o la influencia, nadie carga solo todo el peso y la responsabilidad. Esto funciona como un quebracabezas: juntando el trabajo de cada uno podremos ver la misión competa. No existe un único líder, cada un tiene su papel, su importancia, sus contribución. No podemos pretender abrazar el trabajo de los otros, corriendo así el riesgo de abandonar aquel que es realmente el nuestro. Nosotros somos nuestra primera y más importante misión, ya que lo que aprendemos y cuánto crecemos se refleja automáticamente a nuestro alrededor. He aquí la misión: todo lo que podamos irradiar como consecuencia de la iluminación personal será nuestro mensaje, nuestro legado. Sin embargo, no podemos olvidarnos de que vivimos en el mundo, que llevamos una existencia social, profesional y familiar -que hace parte de este proceso de iluminación- y que continuamos teniendo que cocinar, bañarnos, hacer compras, hacer sexo, comparecer a las reuniones de padres, trabajar para pagar las cuentas y darnos algunos placeres, salir de vacaciones, ser padrinos de casamiento... Dios no coloca sobre nuestros hombros un fardo que no seremos capaces de llevar. Ningún ser humano, por más iluminado que se encuentre, puede cargar y salvar a la humanidad él solo. Este es un trabajo que tiene que ser ejecutado por todos, porque todos estamos envueltos en él y somos responsables por llevarlo a buen término. Y hacer nuestra parte, en nuestro círculo (no importa cuán pequeño y sin influencia pueda parecernos) con conciencia y perfección, con amor, ya es suficiente.

Dos gorriones.

Todavía en suspenso porque mi hermana no dá señales de vida terrestre y por eso no puedo insistirle para que me coloque los benditos contadores de visitas en el blog nuevo, acá estoy de nuevo, todavía de vacaciones y con dos semanas más de brindis por cuenta de mi banco de horas (Putz, estoy imaginandome la cantidad de cuentas que habría pagado si hubiera recibido por esas horas extras!) Entonces, y como a pesar de todo estoy de un humor estupendo por no tener que retornar tan luego a la Fundación para no hacer nada, voy a postear otras dos crónicas, una de las cuales fué enviada al diario, y la otra totalmente inédita. Bueno, si no nos morimos ahogados en este Enero tan lluvioso, créo que la semana que viene voy a publicar otra historia, esta vez en dos o más capítulos, porque es más larga que "El monstruo". Estoy con un montón de ideas para nuevas histórias de ficción, sin embargo, la continuación de este trabajo en el nuevo blog va a depender exclusivamente de la respuesta de los lectores, entonces, y como estoy con muchas ganas de continuar publicando mis cuentos y hasta las novelas (tengo dos!) ojalá que sean aprobados para que así pueda sacarle provecho, divertirme y entretener a las personas con esta nueva vena de mi don.
Y aquí va la primera crónica de esta semana, pero no se vayan acostumbrando tan rápidamente porque, desgraciadamente, créo que sólo estoy tan productiva por causa de las vacaciones, que son una bendición para cualquier inspiración!

Dos gorriones volando juntos como dos flechas pardas en el cielo límpido del atardecer: uno de ellos se detiene sobre el tejado de la casa vecina, haciendo una pirueta circense, y se queda ahí, dando saltitos y observando atento a su alrededor. El otro continúa su vuelo, recto y certero, y desaparece atrás de las ramas de los árboles allí cerca. Aquel que paró se mueve ágilmente entre las tejas anaranjadas, pareciendo un juguete de cuerda, y pesca algunos insectos aquí y allí, expurga los piojillos, se despereza e permanece allí, aprovechando los últimos rayos de sol con aire de completa beatitud. Sacude las plumas, suelta su pequeña voz vibrante, parece contemplar atentamente el paisaje... El otro se desvaneció como una seta por detrás de los tejados y entre el follaje obscuro e movedizo de los árboles. A este, mis ojos no lo buscan. Permanecen posados en el gorrión que se quedó, pues él habla conmigo, está cerca, forma parte de mi cuadro, tiene su papel y lo desempeña con modesta alegría. Esta ave, en ese instante, hace parte de mi experiencia y por eso es tan valiosa... Mas, y ese otro que no véo? Será que está siendo parte de la experiencia de otra persona, elemento de otro cuadro, personaje de otra historia?... Entonces, pienso en lo que es el libre arbítrio y dónde puede llevarnos. Pienso en la diversidad, en el destino, en el momento presente, en las filosofías de vida que guian a tantas personas y son capaces de mover montañas o destruír civilizaciones. Pienso en las misiones que cada uno de nosotros vino a cumplir, en la sabiduría que necesitamos absorver para que ellas tengan éxito; en la compasión, la perseverancia, el valor y la serenidad indispensables para que los mensajes séan pasados adelante y así exista un legado para los que vendrán después de nosotros. Pienso en los planes de Dios y en nuestra obediencia para con ellos -si es que tenemos alguna- en nuestra comprensión de lo que somos y de lo que podemos realizar. Pienso en la fé que deberíamos cultivar, en los milagros que podríamos hacer a través de ella... Este gorrión no es, por ventura, un pequeño milagro, una obra perfecta del Padre, una criatura que sólo vino hasta aquí para traerme su mensaje, para hacerme reflexionar y llegar a conclusiones importantes? Qué es lo que, en esta vida, no posée un objetivo, no tiene algún sentido, no es un peldaño -por menor que parezca- para nuestro crecimiento e nuestro diálogo con Dios y su creación? Pues la existencia não consiste en esto: en nuestro diálogo con el Creador, en sus respuestas, en nuestra unión e interacción constantes?...
En todo hay un mensaje, mismo que la mayoría de las veces nosotros no nos demos cuenta, y en toda la vida a nuestro alrededor están las opciones para encontrar la felicidad, la paz, la transformación, la verdad y la luz que necesitamos para ser felices y hacer nuestra parte en la historia de la humanidad.

sábado, 9 de janeiro de 2010

Sobras

Y como lo prometí, aquí vá la segunda crónica de esta semana.

Pienso en las personas que viven de nuestras sobras, de aquello que no más queremos o necesitamos: zapatos, ropas, aparatos de todo tipo, medicamentos, comida y hasta otras personas... Sin pensarlo dos veces, y tomados por la fiebre del consumismo que los medios de comunicación despiertan en nosotros, nos deshacemos de una infinidad de cosas -mismo que éstas todavía estén en buenas condiciones- simplemente porque encontramos y adquirimos otra mejor. Con tanta frecuencia me pillo dándole cosas a personas menos favorecidas y después las véo usándolas y aprovechándolas hasta el fin y entonces me pregunto si yo misma no podría haber hecho esto en vez de descartarlas para comprar otras nuevas!... Sólo no es peor porque existen estas personas que aprovechan nuestro consumismo, nuestros restos, para vivir como tal vez nosotros deberíamos hacerlo, sin andar por ahí gastando sólo porque tenemos dinero. Al final, para qué una cosa nueva si la que tenemos todavía sirve? Los pobres no compran porque no pueden, pero juro que a veces pienso que nosotros deberíamos, de vez en cuando, hacer el ejercício del "no puedo comprar" sólo para que seamos menos fútiles y aprendamos a apreciar y a sacarle provecho a lo que ya adquirimos. Cuanto más fácilmente podemos obtener algo, menos importancia le damos y más fácilmente somos capaces de deshacernos de él. Pues, qué cosa tan terrible sucedería si usáramos por más tiempo un pantalón? O si no tuviéramos aquella colección enorme de maquillaje y perfumes? Si no cediéramos a la tentación del último modelo de computador, o de carro, y nos quedáramos algunos años más con el modelo que ya tenemos?... Puchas, cómo tenemos hambre y prisa por las cosas efímeras!... Pero, a final de cuentas, la ropa es hecha para cubrirse, la comida para alimentarse, la casa para abrigarse. Todo lo que tenemos posée una utilidad básica y funcional, pero nosotros conseguimos transformarlo en un artículo de deséo, de envidia, de poder. Todo se convierte en exceso, en lujo exhibicionista, en una competencia que esconde nuestra vanidad y nuestra inseguridad, nuestra ansia por ser amados y por conquistar y mantener un lugar importante en la sociedad.
No se me olvida aquel hombre que una mañana fría y de cielo cargado pasó por mí en la calle, con su bolsa de plástico zurrada y su ropa gastada y disforme, las faldas de la chaqueta revolando como las alas de un ave exótica y desharrapada, los zapatos demasiado grandes y medias de colores diferentes en cada pié. Apresurado, casi chocó conmigo y, al alejarse, dejó para atrás un rastro de sudor, tabaco y cerveza que me hizo reflexionar sobre el tipo de hombre que era, ya dando una pasadita en el bar temprano para tomar unos tragos de coraje (o de analgésico) y así ser capaz de encarar otro día... De repente, se detuvo, a algunos metros delante de mí, frente a la construcción del nuevo edificio de la tienda de tintas, y se quedó mirando fijo a alguna cosa en el suelo, cerca de la pared, en medio de los escombros, los pedazos de madera y los diarios y latas de tinta vacías. Yo, curiosa -o pensando que él estaba teniendo algún tipo de delírio provocado por la bebida o el hambre, porque era trágicamente delgado y frágil, de gestos inseguros y andar medio desequilibrado- disminuí el paso sólo para descubrir qué era lo que le había llamado tanto la atención... El hombre se enderezó, como queriendo ver mejor, y en seguida volvió a encogerse, dando una mirada furtiva a su alrededor, como si no quisiera que nadie se fijara en su hallazgo. Avanzó ansiosamente, tropezando en los escombros, casi cayendo, hasta el rincón donde estaba aquello que había llamado su atención, se detuvo, miró una vez más en torno con aire receloso y entonces se agachó rápidamente para pescar de entre los restos de ladrillos, piedras y arena una camisa azul, vieja y entierrada, con una de las mangas resgadas, que alguno de los operarios había botado al terminar su turno... Se quedó sosteniendola por algunos segundos, contemplandola con sus ojillos brillantes y desorbitados. Parecía un verdadero tesoro para él!... En seguida, retomando su aire de desconfianza, la sacudió vigorosamente, levantando una nuve de polvo, y la guardó cuidadosamente dentro de su bolsa de plástico, esbozando una leve sonrisa de la mas absoluta gratitud y felicidad. A final de cuentas, había acabado de ganar una "camisa nueva"!...
En seguida, el hombre volvió a la vereda y continuó su camino, mas ahora con otra postura, más erecto y ágil, la cabeza erguida, brazos balanceando con una nueva y repentina levedad. Yo andaba atrás suyo, tratando de mantenerme lo más cerca posible, pero al llegar a la esquina siguiente, él dobló y se alejó por la calle abajo, apretando la bolsa con su tesoro contra el pecho, y yo seguí por la avenida después de acompañar con la mirada su silueta delgada y ágil durante algunos segundos... Entonces, de repente, caí en la cuenta de que no existe una sola realidad, solamente ésta en la cual nosotros nos movemos, sino que existen muchas otras, muy diferentes, que acontecen bien a nuestro lado, a cada momento, y que nosotros hacemos cuestión de ignorar porque nos incomodan, nos roban el buen humor, nos hacen mal, son sucias, mal vestidas, tienen hambre, son ignorantes, peligrosas, deprimentes... Aquel hombrecillo frágil y su camisa azul formaban parte de una de esas realidades, que nosotros tratamos de mitigar con nuestra caridad o nuestra indiferencia... Y ahí me pregunté, preocupada: "Y qué es lo que viene a ser la caridad, entonces? Para qué sirve realmente? Para ayudar a aquellos con nuestras sobras? Para que seamos menos egoístas? Para que aprendamos que se puede vivir con mucho menos de lo que pensamos? Para sentir pena de los menos afortunados mientas nos vanagloriamos delante de ellos con los troféos de nuestra "buena suerte"?... Y llego a la conclusión de que la caridad, mal practicada o hecha por los motivos equivocados, puede transformarse en una trampa de la vanidad y del preconcepto.

Posibles e imposibles

Esta semana (la última de mis vacaciones, infelizmente, a no ser que gane unos días más por cuenta del bendito banco de horas) voy a empezar -y digo empezar porque serán dos crónicas- posteando la crónica que salió publicada en el diario y después postearé la que había escogido, entonces créo que van a tener bastante material para pasar el final de semana. Hoy hace un día nublado y lluvioso, ideal para escribir, pensar, meditar, ver mucha televisión y comer un montón de cabritas, y como mi hija viene a pasar el fin de semana, ya estoy viendo que lo vamos a pasar regio... Pero no voy a salir de la dieta, lo prometo! Inclusive ya fuí a comprarme un pote de helado diet, unos paquetes de tostadas, algunas frutas y verduras bien coloreadas y frescas para evitar las tentaciones poco saludables!.. Como ven, estoy haciendo todo para cumplir mi promesa de año nuevo, así como espero conseguir cumplir las otras y todos los proyectos que me propuse... Y hablando de estos proyectos, resulta que mi hermana anda medio ocupada, entonces todavía no me puso los contadores de visitas en mi nuevo blog de cuentos, lo que está dejandome enferma de curiosidad, pues quiero mucho saber si alguno de ustedes -o alguien nuevo- ya fué a visitarlo y qué piensa de él... Pero paciencia, que el mundo no se hizo en un día!... Así mismo, y como soy una ansiosa con certificado de garantía ilimitado, estoy aqui rezando para que mi hermana encuentre un tiempecito y me haga este favor inmenso. Es que ustedes no saben -o a lo mejor sí- cómo es bueno y animador ver el número de visitas aumentando a cada día! Es esta respuesta de ustedes lo que me lleva a continuar escribiendo, lo que me inspira y me hace sentirme útil, con un propósito en la vida (que era realmente el que yo pensaba que era, lo que es todavía más sensacional) llena de optimismo y aliento, viva, conectada con el mundo que me rodea, sabiendo que estoy compartiendo mis experiencias y que tal vez le estoy dando una mano a alguien que puede andar meio perdido por ahí, porque muchas manos me fueron extendidas cuando yo misma anduve perdida. Y uno tiene que retribuir, no es verdad? Es solamente de esta manera que el bien se propaga, entonces, por qué no hacer nuestra parte, por menor que séa? Todos somos importantes en esta empresa!.
Y aquí vá la primera de esta semana, la que salió en el diario.

Posible. Imposible... Ayer, mientras me balanceaba perezozamente en la hamaca colgada en el garage fresco y sombreado, me quedé meditando sobre estos dos conceptos que, en verdad, son mucho más subjetivos de lo que parecen. Créo que estamos aqui para combatir y derribar la mayor cantidad posible de aquellos mitos (los imposibles ilusorios) que frenan o impiden nuestro crecimiento, sin embargo, tembién pienso que luchar contra ellos y vencerlos no significa que vamos a transformarnos en eternos Quijotes yendo siempre atrás de los imposibles, anhelando cosas inalcanzables, descabelladas para nuestra condición humana.
Lo posible es todo aquello que deseamos y podemos verdaderamente realizar. Lo posible es lo realmente importante para nuestra existencia real, es el deseo que nos lleva a la superación, al crecimiento, a los cambios y no a la frustración, la alienación o la desesperación. No existe nada fuera de esto y la sabiduría es la llave que abre esta puerta, pues nos muestra la dimensión exacta de nuestros anhelos y las reales posibilidades de concretarlas. La sabiduría es, definitivamente, el camino por el cual se llega a todos los aparentes imposibles (esos que no alcanzamos inventando las más variadas disculpas) y para los posibles que todavía no conseguimos ver, presos por los límites que nuestros imposibles nos imponen.
Créo que es por eso que Santa Teresita del Niño Jesús afirmaba tan categóricamente que Dios nunca nos inspira deséos que no puedan ser satisfechos, mismo que a veces éstos puedan parecer inalcanzables. El nos inspira todo lo que es posible y cabible a un ser humano y quiere mucho concedernos estos deseos; somos nosotros que no lo creémos!... Y esto sucede porque nuestra visión de "posible" y cabible" es bien diferente de la de Dios. Para empezar a entender de verdad estos conceptos y aplicarlos en nuestras vidas tendríamos, primero, que comprender lo que es "ser humanos", y cuáles son nuestros potenciales. Después, créo que seríamos capaces de empezar a actuar en pro del éxito de todas nuestras empresas. Hay que soñar, sí, hay que esperar y tener fé, ser optimista y luchador, sin embargo, también es imprescindible que, para que el árbol que somos dé frutos, ella esté con las raíces bien hincadas en la tierra.

segunda-feira, 4 de janeiro de 2010

El sabiá escondido

Bueno, un poquitín atrasada, pero siempre fiel a mis lectores, he aquí la primera crónica de 2010, y con una novedad de brindis que espero agrade a todos y sirva para divulgar un poco más de mi trabajo. Es lo siguiente: hoy en la mañana, después de unas cinco intentonas frustradas -típicas de quien está medio perdida (en realidad, completamente perdida, seamos sinceros!) con respepcto a las maravillosas y casi infinitas posibilidades de la internet- conseguí mi objetivo: abrir otro blog. Bueno, en verdad fueron dos, porque así como lo hice con éste, tendrá una versión en portugués y otra en español (como ven, me encanta darme más trabajo) con la diferencia de que no contendrá crónicas, sino histórias (este es el nombre del blog) que no tienen nada que ver con estos textos, que son sacados de mis diarios personales y hablan de reflexiones, pensamientos y lecciones aprendidas a través de experiencias personales íntimas y verdaderas. En este otro blog publicaré el producto de mi otra vertiente literaria: los relatos de ficción. Cuentos y hasta novelas (en capítulos, por supuesto!) que vengo produciendo a lo largo de los años y que por un montón de razones -todas relacionadas con dinero, claro- no he conseguido publicar en papel. Como créo que vale a pena que séan conocidos, decidí seguir el consejo de mi amiga Célia Musilli y voy a empezar a postearlos en este nuevo blog, pues me parece la única forma de hacerlos conocidos para el público y, como ya tengo un buen número de visitas en el blog de crónicas, créo píamente que estos mismos lectores -y muchos más, espero!- tendrán interés en conocer esta otra forma mía de expresión. Realmente, me sentiría absurdamente feliz si así fuera, pues haría valer la pena todo el trabajo que voy a tener. Claro que este blog no tendrá la misma frecuencia de publicación que el de crónicas; a final de cuentas, un cuento o una novela llevan mucho más tiempo para ser creados que una crónica corta, que nace de cualquier cosa o acontecimiento de la vida diaria, pero si la inspiración no me fallar, confío en que tendremos una buena cosecha de ficción a lo largo del año. De cualquier forma, todas las veces que publique un cuento voy a dejarles un recado en este blog, ok?... Putz, a pesar de la sudadera de hoy en la mañana y de la cantidad de blogs que abrí pensando que no había abierto ninguno (no traten de entender esa!) y que ahora me hacen dueña de nada menos que siete blogs -de los cuales estoy usando, en realidad, solamente cuatro. Ya dije, no traten de entender esto- estoy super entusiasmada con esta iniciativa, que me vino a la cabeza mientras rodaba en la cama y trataba de dormir con este calor desgraciado justo en la noche de año nuevo, lo que fué otro de los regalos con que fuí agraciada y que pretendo aprovechar al máximo.
Bueno, y para que no se quede más largo (que la crónica de hoy no es corta tampoco!) aqui vá la dirección del nuevo blog, en el cual hoy mismo o a más tardar mañana, voy a postear el primer cuento: pazaldunate-historias.blogspot.com. El nombre del blog es "Historias" y, sinceramente, espero que despierte vuestra curiosidad y decidan hacerle una visita y dejen muchos comentarios!...
Entonces, por el momento es sólo esto. Espero que lo aprovechen y también que tengan un año nuevo lleno de cosas y personas buenas, porque todos merecemos un año mejor que el anterior!.
PS: Como abrí más blogs de lo que pretendía (continúo sin entenderlo), y todos con el mismo nombre, van a tener que darse el trabajo de encontrar el que voy a usar a partir de hoy, ok?... Disculpen la torpeza!...

No me olvido de aquel pájaro -un sabiá del bosque, como supe después que se llamaba- que apareció repentinamente entre el denso ramaje de la enredadera sobre el portón, pocos días antes de tener que hacer una endoscopía (examen que me causa verdadero pavor). Yo no conseguía verlo, pero escuchaba con singular claridad sus trinos melodiosos y potentes, que me envolvían y parecían darme una espécie de nuevo valor para enfrentar la situación. Lo curioso era que, por más que yo me pusiera en diversos ángulos para ver si conseguia divisarlo, lo único que veía eran las hojas moviendose aquí y allí, como si él estuviese siempre acabando de cambiar de rama. Ninguno de los días que permaneció allí bajó para comer pan en el muro ni fué al bebedor para refrescarse; se quedó siempre entre el follaje de la enredadera soltando ininterrumpidamente su canto mientras yo me mecía en la hamaca...
Me demoré un par de días, sofocada como estaba por mi angustia, para percibir su voz constante -que sólo se dejaba oír a partir del momento en que yo salía al pátio y me tendía en la hamaca- y dejarme encantar por ella hasta el punto de olvidarme de la cercanía del odioso examen. Una vez que empecé a prestar atención en su canto, me vino la curiosidad de conocer al dueño de aquellos trinos, inéditos para mí, y así, pasé varias horas andando alrededor de la enredadera tratando de descubrir en cuál rama estaría escondido. A veces me parecía adivinar unas alas café, del color del tronco, o unos ojillos brillantes en las sombras movedizas, tal vez una cola, o el zumbido de un aletear... Pero en ningún momento conseguí de fato divisar el tal pájaro con claridad, por entero, delante de mí. El llegaba -o ya estaba allí, porque yo no veía ninguna ave posar en la enredadera- justo en el momento en que yo me tendía en la hamaca y entonces me regalaba con un concierto maravilloso. Cantaba y cantaba, cantaba sólo para mí y aquel canto parecía tener el poder de callar mi angustia y calmar mi temor. Me hacía sentir reconfortada, consolada, acariciada como un niño en los brazos de su madre.
Y fué así durante toda la semana que precedió a mi examen: yo venía a tenderme en la hamaca y e inmediatamente él aparecía, cantaba y se iba cuando yo volvía para dentro de la casa. Nunca lo escuché mientras estaba en el hall o en mi pieza... Y de repente, justamente el día anterior al examen, entendí el mensaje: "No mires solamente para tí misma y tus dolores! Existen más cosas en el mundo y ellas pueden traerte alivio, alegría y paz! Sal de tí misma y mira a Dios, que está a tu alrededor y te ama de infinitas maneras!"... Aquello fué como el soplo de una brisa fresca en un mediodía de Enero!... Por qué no? Por qué no levantar la cabeza de mi aflicción personal y mirar a mi alrededor? Por qué no dejar de sufrir por anticipado, perdiendo así el regalo que estaba recibiendo en ese instante?...
Al día siguiente fuí a hacerme el maldito examen y no voy a decir que no estaba extremadamente nerviosa y afligida y que no pasé la mayor vergüenza casi vomitando encima de todo el mundo cuando me pusieron el anestésico en la garganta... Sin embargo, en medio de la breve desesperación superficial, hubo un momento, recordando la lección aprendida, en que fuí capaz de olvidarme de mi tormento y fijar los ojos en la luz que entraba por la ventana y se reflejaba suavemente sobre el circo computadorizado que estaban usando para examinarme. Por algunos segundos, mientras mis oídos se concentraban en el pito que indicaba la frecuencia de los latidos de mi corazón (y que, contra todo lo que yo estaba sintiendo, confirmaba que todavía estava viva) cada vez más lentos y lejanos, conseguí distinguir un pequeño arcoiris en el aire, producido por los rayos de sol cayendo en el metal y el vidrio y, al fondo, todavía escuché el eco claro y vibrante de los trinos del sabiá misteriso, regalo de Dios... Y créo que, a pesar de todo, hasta conseguí esbozar una sonrisa de gratitud medio chueca ates de desmayarme definitivamente.