domingo, 23 de julho de 2017

"Precioso y único presente"

    Lluvia, calor, frío, nieve, sol radiante, frío de nuevo... El clima últimamente está parecido con mi espíritu, que está constantemente cambiando, descubriendo el sol, las tormentas, el frío, la calidez, la seguridad, las dudas, las preguntas y respuestas, las acciones... Nubes y sol, pero siempre vivo y atento, luchando por mejorar y ser feliz. Creo que es así que debe ser. No se puede desistir, a pesar de algunos fracasos. Estamos destinados a las victorias, grandes y pequeñas, entonces, hay que seguir adelante, contra viento y marea, a veces contra nosotros mismos, que podemos terminar convirtiéndonos en nuestros peores enemigos y saboteadores... Créanme, sé muy bien esto.
    Y como hay que continuar, mismo si antes de ayer estaba un sol espléndido y hoy está lloviendo y muy frío, aquí va la de esta semana. Quiero ver si la próxima viene acompañada por algún cuento nuevo... Vamos a ver qué dice mi inspiración.




    Hay que despertar en la mañana, abrir los ojos y estirarse, respirar profundo... y dejar que el día empiece a transcurrir. Tenemos que esperar lo que va a suceder, cuáles serán las situaciones y las personas que vamos a encontrar. Tenemos que ir descubriendo con fe y optimismo, con coraje, en qué nos iremos transformando a lo largo de las horas y los hechos y, al final del día, conferir nuestras conquistas y derrotas (pero sin castigarnos por ellas, sino perdonándonos y dándonos otra chance), las lecciones que aprendimos para así hacer del día siguiente un tiempo mejor, más feliz y productivo, más sereno y equilibrado.
    Bien que se dice que cada día tiene su propio afán. Es la más pura verdad, sobre todo porque es el único que tenemos. Ayer ya pasó y mañana no llegó todavía. Entonces, dediquémonos a este precioso y único presente viviendo lo más plenamente posible todas las pequeñas y las grandes cosas que nos depara, sin querer controlar, apresurar, imponer, porque haciendo esto, todo perderá su frescura, su sorpresa, su mensaje y sus descubrimientos... Cada momento es único e irrepetible y de esta forma hay que vivenciarlo.



domingo, 16 de julho de 2017

"Debemos avanzar"

    Algunas semanas de silencio, muchas pruebas, dudas, preguntas aún sin respuesta, decisiones y luchas que parecen no tener fin, porque cuando pensamos que estamos por buen camino, volvemos a caer, traicionados por nuestras propias historias, miedos y conflictos, por los malos hábitos y el desánimo... Pero como no hay mal que dure cien años, aquí estoy de nuevo, lista para continuar, mismo que con algunos baches... Y fue divertido -y casi divino- porque cuando abrí mi diario hoy para ver cuál sería mi crónica, el tema que me salió tiene todo a ver con mi situación actual, y quién sabe la de algunos de ustedes... Espero que les sirva, entonces, como acabó de servirme a mí, aunque me dejó con dolor de guata...



    Es divertido -y a veces triste y hasta trágico- ver cómo algunas personas luchan tan denodadamente para quedarse paradas en ciertas etapas y disfrutar eternamente de las realizaciones que obtuvieron en ellas, sin darse cuenta de que, con eso, están desperdiciando las otras realizaciones que las nuevas etapas les traerán. No sé si es miedo a lo desconocido, recelo de no encontrar más desafíos o sueños que concretar o vencer, tal vez la negación de que merecen la recompensa, el descanso, la libertad, o entonces esa sensación de derrota y resignación que toma cuenta de las personas cuando llegan a una cierta edad... "Ahora estoy en los descuentos", dicen, y se sientan en el sofá frente a la televisión, esperando la enfermedad, la dependencia, la ausencia, la fragilidad, la muerte.
    Pero la cosa no funciona así. Cada etapa -inclusive la última- desde que nacemos, trae sus propias y únicas realizaciones, todas diferentes para cada uno: el colegio, la universidad, la carrera, la familia, la casa, las empresas, el aprendizaje, el amor los recomienzos, los sueños y las luchas. Cada una corresponde a una parte de nuestra vida y nos transforma en quienes somos. Entonces, debemos avanzar siempre para descubrir y vivenciar la próxima con tranquila plenitud y felicidad. La realización tiene su ciclo y cuando llega a su ápice y final tenemos que guardar la satisfacción, las lecciones, la felicidad y la gratitud por todo lo que vivimos, pero nunca debemos detenernos allí ni tratar de revivirla eternamente, ni tampoco enfrascarnos en una realización que no corresponde a aquella etapa de nuestra vida.
   Ninguna realización o etapa es despreciable, por más modesta o difícil que pueda parecer. Sólo nosotros sabemos su valor y su significado y eso es lo que realmente importa.