domingo, 5 de dezembro de 2021

 

 

 

   Hoy la cosa va a arder, literalmente...¡ Treinta y tres grados sin ni una nubecita em el cielo!. Por lo menos hay un viento ahora por la mañana, aún fresco, mas el sol ya empieza a esparcir su calor sofocante.¡ Ni quiero imaginar cómo va a estar a las cuatro de la tarde, cuando me despierte de mi siesta y me siente para pintar!.... Bueno, por lo menos este calor será puro, sin contaminación, y los pájaros continuarán cantando y volando, el paisaje verde y el cielo azul... Eso ya compensa el sofoco...

 

 

   Quién es mi maestro?... Creo que cada uno que cruza mi camino. Todos tienen algo que enseñarme, pues en todos ellos vive la chispa divina, el propio Dios. Por eso no sólo es verdad que “Aquello que hicieres al menor de los míos, es a Mí a quien hicisteis”, mas también: “Aquello que el menor de os tuyos me hizo, fuiste Tú quien lo hizo”.

   Todos[  somos maestros unos de los otros. Asumiéndolo o no, todos poseemos un bien que ilumina a los otros, todos tenemos el don de enseñar. Sin embargo, debemos tener y cultivar también el don de la humildad, que nos posibilita aprender de nuestros hermanos. Ser un maestro es tan importante cuanto ser un discípulo. Sólo aprendiendo podremos enseñar. Somos unos complementos de los otros. Criaturas únicas, construidas del saber universal que se muestra, mas no se impone. La diversidad es infinita entre maestros e alumnos, por eso su sabiduría es infinita también.

Aprendamos la vocación del maestro, sin embargo, practiquemos primero la vocación de alumno.

 

Nenhum comentário:

Postar um comentário