domingo, 25 de outubro de 2015

"Lo mejor que se pueda"

    La crónica de hoy más parece un pensamiento que una crónica en sí. Es que a veces las cosas son tan claras y simples que no sacamos nada con darles vuelta o querer agrandarlas o adornarlas porque son así mismo. Y nada más. No sé por qué a la gente -incluyéndome a mí misma- le gusta echarle leña al fuego y hacer las cosas más difíciles de lo que realmente son. No sé si sería una forma de llamar la atención, de pedir ayuda, consuelo o apoyo de una manera indirecta, porque somos demasiado orgullosos o recelosos como para hacerlo directamente, sin disfraces. Nos cuesta hablar, decir lo que sentimos, lo que queremos, lo que tememos... ¡Si supiéramos cuánto nos ayudaría poder hacerlo!... Porque cuántos malestares no son físicos sino psicológicos o espirituales, de esos que pueden resolverse -o por lo menos verse más claramente- conversando, confesando, admitiendo. El alivio que se siente al expresar lo que nos aflige emocionalmente a veces es el mejor remedio de todos, porque escucharnos a nosotros mismos decirlo en voz alta -o siendo escuchados- es como verlo desde otro punto de vista y a veces, con esto, conseguimos encontrar la salida que nuestro silencio nos impedía avistar....      ¡Entonces, no nos quedemos callados, liberemos el corazón, pongámoslo en palabras, abramos puertas y descubramos caminos a través de ellas en vez de quedarnos solos, atormentados y mudos delante de los conflictos que nos afligen!...
    Y después de este pequeño consejo, basado en la experiencia propia, aquí va la mini crónica de la semana, que también está ligada al consejo de arriba.


   Siempre trato de recordar las sabias y simples palabras de Cleide, mi compañera de gimnasio durante algunos años en Brasil: "Lo que tiene que pasar, pasará"... Sé que es algo bien obvio, pero a veces a uno se le olvida y emprende batallas o se angustia sin ninguna necesidad. Como dice la protagonista de la película "Hotel Merygold": "A final de cuentas uno tiene que levantarse cada mañana y hacer lo mejor que se pueda" Y en verdad, no nos queda otra cosa. No sacamos nada con estresarnos por suposiciones o temores injustificados. Si aparece un problema real, hay que moverse para solucionarlo de la forma más efectiva, rápida y positiva posible. Ir al médico, llamar a alguien, tomarse un remedio, asumir una actitud, hablar, cambiar... Quedarse por ahí dándole vueltas a una situación en vez de hacer algo al respecto (ni que sea analizarla para descubrir su razón y ver posibilidades de solución) sólo acarrea un desgaste inútil y dañino de energía que podríamos aprovechar librándonos de ese problema y estando felices y en paz.

Nenhum comentário:

Postar um comentário