terça-feira, 25 de janeiro de 2011

A través de la noche

Estando a exactamente un día de volver al trabajo, aquí estoy, preparandome física, sicológica y espiritualmente para retomar mis actividades profesionales -o será que debería decir "empezar", ya que parece cierto que voy a tener que acabar asumiendo algunas cositas más por causa de la falta de profesores?- y a encarar nuevos alumnos, desafíos y compromisos. Es verdad que mi salud no está cooperando mucho, pero de cualquier forma no pretendo que esto me impida producir, inclusive porque estoy confiando en lo que la reumatóloga me dijo (que, por el momento, se trata de artrosis) y en el remédio que me dió y que -ella dice- me vá a quitar los dolores e impedir que me quede con las "manitos chuecas", me entienden?... Bueno, eso espero, porque a pesar de no haber conseguido descansar como quería ni de haber producido como lo había planeado, me siento bastante animada para volver a mis actividades y empezar con las aulas, los nuevos montajes e los proyectos. Ya sé que voy a tener que aumentar mi horário de trabajo, pero la ventaja de trabajar más es que mi salário también va a aumentar, lo que me va a caer muuuuuy bien!... Ahora, hablando bien en serio, voy a tener que cuidarme mucho y organizar mi vida para que estos achaques no estorben mi rendimiento, pues desgraciadamente, su aparición e sus consecuencias son inevitables cuando uno vá envejeciendo. Esto, claro, significa: "Se acabó la fiesta! Atención a la dieta!  Atención a los ejercicios! No deje de tomar sus remedios!" (que a esta altura ya podrían llenar una piscina!)... Entonces, no voy a esperar que el trabajo extra me caiga encima para tomar una actitud o reclamar. Voy a empezar ahora mismo!.
Y con este firme propósito en mente (es mi segunda promesa de año nuevo) ahora vamos a lo que interesa: la crónica de esta semana (quiero decir,de la semana pasada) También espero poder terminar de publicar la famosa historia de "Silvestre", que ya se transformó en una verdadera novena!...


    Corriendo a través de la noche, queriendo alcanzar a las estrellas, hendiendo la obscuridad inmóvil con el aliento jadeante, expectante, de ojos desorbitados y corazón desbocado. La noche está dentro o fuera de nosotros? Por que corremos? Para dónde corremos? Atrás de qué? O nuestra carrera es el inicio de alguna danza cósmica, el preludio de nuestra conversación espiritual com la creación, con Dios?... Entonces, de improviso, paramos y nos vemos a nosotros mismos, reflejados en los ojos de lo divino, y un abismo se abre delante de nuestros piés. No hay más camino, no hay más opciones, tenemos que saltar... La noche avanza. Qué luz nos iluminará? O será nuestro propio movimiento el que habrá de producir este relámpago salvador?... Quién somos? Hacia dónde estamos corriendo? Nos detenemos, tratamos de volver atrás, de recomenzar, de escoger otro camino, sin embargo, continuamos corriendo porque algo nos empuja, nos jala, nos llama, nos desmiembra y nos arroja en el mundo, donde nos diluimos. Entonces, llega el tiempo de la reflexión, llega el tiempo de sosegar, de crear coraje y experimentar, de viajar en la lentitud de esta nueva realidad que surge delante de nosotros. La exaltación dá lugar a la percepción, a la quietud, a la lenta y deslumbrante intensidad que desgarra la carne y el alma, al dolor que busca las respuestas, a la soledad aplastante de las revelaciones que no conseguimos compartir.
    Pero  tengo tantas preguntas y tan poca paciencia! Casi me ahogo en el deséo de salir gritando las cosas que descubro! Mis ganas de despertar y transformar el corazón de los hombres es tan violenta y verdadera, tan llena de vanidad y sincera compasión!... Por qué alcanzar la comprensión y la aceptación de nosotros mismos tiene que ser algo tan doloroso, tan complejo y lleno de trampas (que nosotros mismos ponemos por el camino)? Por qué tiene que exigir tanto sudor, tanto desprendimiento, tanta entrega y fé? Realmente tenemos que quedarnos desnudos delante de lo que creémos ser, olvidar nuestros cómodos y protectores disfraces y aceptar este cuerpo y este corazón, este espíritu sin adornos, esta alma en su pureza original? Sin discusión? Sin posibilidad de negociación?... Porque es esto lo que somos, y lo sabemos perfectamente. Todavía somos los seres originales, aquellos santos que un día van a reunirse en una comunión sin fin. En el fondo, nunca fué diferente y lo sabemos, por más que tratemos de huir o arreglar las cosas según nestros miedos y egoísmos.
    Ahora, tenemos que movernos en busca de la unión con nuestra escencia, que espera. Quien está despierto y es valiente y perseverante tiene esta obligación.
    He aquí el desafío para cada uno de nosotros: lapidar nuestro cuerpo y nuestro espíritu para alcanzar lo que nos está destinado... Pero, he aquí mi recelo: cuántas capas de ilusiones, cobardía, egoísmo, miedo y vanidad tendremos que arrancar y arrojar antes de que vislumbremos ni que séa una minúscula chispa de nuestra escencia, aquella donde nuestra divinidad interior reposa y aguarda? Cuánto tiempo esto nos irá a llevar? Y seremos capaces de ir hasta el fn, hasta quedarnos totalmente desnudos e indfensos, para ser poseídos por ella?... Y qué es lo que vá a suceder después?... Tendremos la humildad suficiente para arrodillarnos delante de nuestra propia sabiduría, contenida en la brevedad de esta encarnación? Tendremos el valor de inclinar nuestro cuello desnudo, como lo hacían los mártires?... Sé que la sabiduría posée el poder de aniquilar toda ilusión que esconda la verdad de aquel que verdaderamente quiere verla y practicarla, aquella verdad que ya traemos con nosotros... Una muerte, mil muertes  a cambio de la verdadera vida!... Porque la muerte es inevitable para que los cambios acontezcan y así podamos crecer y madurar, volviendonos responsables por nosotros mismos y por nuestras acciones en esta vida.

Nenhum comentário:

Postar um comentário