sábado, 3 de abril de 2010

El secreto

Eso es lo bueno de los feriados largos como este: uno no tiene que correr para hacer las cosas ni planear nada con mucha exactitud porque se tiene tiempo para hacer lo que estaba pendiente y para descansar también. Pero lo curioso es que es justamente en estas fechas cuando menos lo hacemos, ya notaron eso?... Parece una paradoja, es verdad, pero suele suceder que nos desesperamos más para hacer cosas en los feriados que en los días de trabajo, lo que nos deja exhaustos y con esa bizarra sensación de que el feriado se nos pasó de largo. Estoy totalmente convencida de que esto ocurre porque tenemos la manía de ir dejando que las pequeñas obligaciones domésticas y personales se acumulen -pensando que en el fin de semana o el próximo feriado daremos cabo de ellas- hasta que se vuelven absolutamente impostergables, todas al mismo tiempo... Resultado? Pasamos nuestro día de descanso corriendo como locos, estresados y mal humorados, sublevados y profundamente arrepentidos de no haber aprovechado el aliento de los días de trabajo para ir haciendo poco a poco estas cosas nada atractivas -pero indispensables- que nos negamos a aceptar como parte de nuestra rutina... Esta actitud es, definitivamente, el mejor ejemplo de cómo echar a la basura un feriado y volver al trabajo con esa cara de disgusto y el corazón frustrado, aguantando su aflicción sólo por la certeza distante de que el próximo fin de semana o feriado largo vamos a conseguir descansar de verdad porque habremos hecho las cosas que teníamos que hacer cuando teníamos tiempo y disposición... Pues no hay nada mejor que abrir los ojos en la mañana de sábado, de domingo o de un feriado de fin de semana, y percibir, sonriendo, que tendremos todo el tiempo sólo para nosotros mismos porque fuimos organizados y dejamos la flojera de lado para hacer lo que necesitaba ser hecho... Eso sí que es descanso, y no solamente para el cuerpo, sino también para la mente y el espíritu, pues están sosegados y satisfechos por haber cumplido sus obligaciones en la hora cierta. La tranquilidad del deber cumplido es la mejor de todas y nada puede perturbarla, pues no estamos en deuda con nadie, principalmente con nosotros mismos.
Y aprovechando que estoy sosegada porque ya hice todo lo que debía y tengo estos tres días enteros para relajarme y hacer lo que se me antoje, aquí vá la crónica de esta semana. Iba a postearla ayer, pero la net dió un problema, entonces vá hoy. Inclusive voy a tener tiempo para postear otro cuento!... Pasen en el pazaldunate-historias.blogspot.com y lean! Espero que les guste.

Esta es una gran verdad: suceden cosas estupendas el tiempo entero, en cualquier rincón, en cualquier agujero, en cualquier fin de mundo. En todo lugar existen personas fantásticas, inspiradas, altruístas e valientes; están en todas las clases sociales, en cada barrio, escuela o empresa, en las tiendas, cocinas, construcciones, hospitales y salones de belleza... Y créanme, ellas no necesitan dinero, publicidad, prestigio o promoción para actuar, pues no existe tamaño, espacio, condición, raza, religión, tiempo o diferencias culturales que impidan las manifestaciones del amor. Lo he comprobado una infinidad de veces, pero mismo así, siempre que soy testigo de uno de estos episodios, me quedo de boca abierta, profundamente conmovida con los milagros que podemos conseguir y muerta de ganas de imitar a estos pequeños héroes anónimos que están salvando a la humanidad... El amor es tan poderoso y tiene tal alcance que no necesita personas escogidas, lugares o situaciones que atraigan a la mídia para actuar. Y lo hace a través de nosotros mismos, enseñandonos, ayudandonos y volviendo nuestras vidas mejores, usandonos como donadores y receptores. Porque para practicar actos de amor no son necesarios requisitos, pruebas, testigos importantes, retorno financiero o grandes y complicados planes. El secreto es, simplemente, dejarse invadir, inspirar, guiar y actuar sin intimidarse por las reglas o patrones establecidos, por el preconcepto o la vanidad. Es necesario ser perseverante y paciente, compasivo, para que nuestra empresa tenga éxito, y aprender a sentirnos recompensados no con los aplausos o elogios, con la gratitud o alguna retribución material, sino con la mera conciencia de que realizamos una buena acción, de que ayudamos a alguien que lo estaba necesitando, de que no huímos del encuentro ni de la acción que Dios colocó en nuestro camino en este día, en este instante. La verdadera recompensa es saber que hicimos todo lo que podíamos para que las cosas diesen cierto, que cumplimos con nuestra parte en la historia que se cruzó con la nuestra (inclusive porque estos cruzamientos nunca suceden en vano, lo que significa que, tarde o temprano, descubriremos el don que recibimos en este encuentro) y sentir nuestra conciencia tranquila al respecto.
Yo no sé qué ley rige estas cosas (la ley de la sorpresa tal vez?) pero el amor acostumbra manifestarse sin reservas, sin restricciones. Es igual a un árbol que necesita tan sólo de una gota de água para soltar raíces y crear un tronco con sus ramas, hojas, flores y frutos instantáneamente; y esta diminuta gota de água es nuestra aceptación a su manifestación, la mera intención de realizar una buena acción es suficiente para que empiece a actuar. Nada lo inhibe. Si divisa una rendija, por menor que ella séa, luego viene e invade el corazón, tomando cuenta de él por completo... Y qué es lo que lo motiva? Pues no es nada espectacular, sólo nuestro consentimiento, mismo que le séa dado con alguna resistencia... A veces somos llevados a creér que tan sólo los corazones puros y valientes, los ángeles y los santos disfrutan de la belleza y del sabor de los frutos de este árbol, pero esto no es verdad -inclusive porque vá contra todo lo que el amor es- Nadie es discriminado, todos podemos actuar, sentir, crecer, ser iluminados por la luz del amor y recibir sus dones y recompensas. No es necesario que seamos perfectos o inmaculados para dar amor, recibirlo o dejar que él nos guie, por lo menos de vez en cuando, porque todo acto de amor es válido.
Gracias a Dios, nuestra ignorancia, nuestra futilidad y egoísmo, toda nuestra vanidad y ambición no consiguen detenerlo o dejarlo menos luminoso y poderoso, nada cambia o dismiinuye su poder transmutador, regenerador, nada lo hace desistir porque su destino es habitar dentro de nosotros y guiar nuestros pensamientos, intenciones y acciones. Y se necesita tan poco para que él actúe, para que podamos sentir sus beneficios! Es sólo decir "sí"! El hace todo el resto y no pide nada a cambio... El amor es como el viento, sopla donde quiere y nadie sabe de dónde viene ni para dónde vá. Cabe a nosotros abrirle la puerta.
Empiezo a vislumbrar las respuestas para algunos enigmas, o por lo menos un camino que me permita vivirlos, dándoles el crédito que merecen, sacándolos del limbo de los "tabús", los "imposibles", las "ingenuidades" y las "utopías". El amor se revela algo completamente concreto, una acción en tiempo y espacio reales, ejecutada por personas de verdad, con resultados tangibles y, si no inmediatos, por lo menos a corto plazo. Entonces, por qué esperamos a la mídia, el dinero, el lugar más conveniente, la cooperación de otros, la aprobación de las autoridades? Por qué no tomamos la iniciativa ya, sin más disculpas? El amor está allí, bien delante de nosotros, sólo esperando...

Nenhum comentário:

Postar um comentário