sábado, 27 de março de 2010

Silencio

Bueno, supongo que voy a tener que empezar a acostumbrarme con esta nueva y gitada vida porque, por lo que parece, las cosas no van a cambiar, entonces lo mejor es relajarme y disfrutarlo, organizar bien mis horarios de refecciones y ejercicios e ir adelante, porque estoy desconfiada de que esto no es nada comparado a lo que me espera hasta el fin de año... Pero no estoy enojada o preocupada, al contrario, estoy super feliz porque se trata de algo que adoro hacer y por lo que no me importa hacer algunos sacrificios. Sólo espero que éstos compensen la pelotera que está virando mi vida!... Desgraciadamente, esto no depende de mí, sino de las persponas con quienes estoy trabajando, pero créo que voy a arreglármelas para infundirles ánimo e inspiración suficientes para que podamos hacer este camino juntos y nos sintamos realizados al final.
Y aprovechando esta lluvia suave y murmurante que cáe desde hoy en la mañana, y esta tarde de sábado perezosa, aquí vá la crónica de esta semana.

Aaah, el silencio... El silencio profundo, íntimo, absoluto, creador, receptor... Admiro inmensamente a los hermitaños, que viven en total soledad y silencio y mismo así continúan en pleno contacto con el mundo y están llenos de sabiduría, de luz y de inspiración. Créo que ellos conocen el secreto de este universo sin palabras audibles, de sus revelaciones y lecciones, del diálogo constante del espíritu con la creación y su creador. Imagino cuánta riqueza deben acumular a lo largo de sus vidas a traves de esta práctica! Pues el silencio de nuestras bocas le abre las puertas al silencio de nuestra mente y de nuestro espíritu que, en esta quietud, se vuelve capaz de fijar la mirada sólo en aquello que es verdaderamente importante. Y cuántas maravillas nos son reveladas en este silencio!... Cuerpo y mente callados, a la espera, moviendose en un universo en el cual lo divino y lo humano se equilibran perfectamente, conectados con Dios y sus milagros y al mismo tiempo con los hombres y su rutina diaria... Y la luz viene, invadiendo, sacudiendo, quebrando la obscuridad de nuestro ruido incesante, descorriendo puertas y ventanas de nuevas percepciones y comprensiones. Entonces todo funciona, todo despierta, todo tiene lógica y propósito. Hablamos todas las lenguas que la boca no pronuncia, los sentidos se aguzan y entramos en contacto con lo invisible que duerme en el silencio.
No vayan a creér, sin embargo, que siêncio es solamente ausencia de ruido. No, el silencio es, en verdad, un estado de espíritu, así como la soledad y la contemplación. Siempre les aclaro esto a mis alumnos cuando se muestran reacios o temerosos de realizar algún ejercicio que signifique permanecer en silencio o inmóvil, pues existe el mito -muy fuerte y difundido- de que silencio e inmovilidad son sinónimos de muerte, de parada y de sensaciones desagradables como miedo y angustia. Esto puede suceder, es verdad -ya presencié episodios así- pero la mayor parte de las veces tiene que ver justamente con el mito, entonces, en vez de encarar el silencio como una experiencia reveladora y relajante, se entra en ella con el preconcepto de que será negativa. Es verdad que el silencio nos lleva a varios tipos encuentro, uno de ellos con nosotros mismos, y que esto puede no ser siempre agradable, pero cuando superamos este momento y nos dejamos llevar más lejos, cosas maravillosas acostumbran suceder.
Sin embargo, traer este silencio y esta soledad, este estado de contemplación para el exterior, para nuestra rutina diaria, puede no ser nada fácil, pero si lo conseguimos, resultará en una mejoría de nuestra calidad de vida, pues practicandolo podemos imponer silencio en un ambiente, en los gestos, la música, la comida, la caminada, para que así todas nuestras actividades séan siempre serenas y seguras, bien realizadas. Pero, como ya lo dije, este silencio no es um tiempo sin ningún sonido, sino un tiempo de espera, de atención, de percepción, una experiencia lenta y profunda, abierta, sin preconceptos ni barreras. Y, sin duda, tendremos nuestro encuentro con la verdad y con lo divino allí.

Nenhum comentário:

Postar um comentário