domingo, 14 de fevereiro de 2010

"Hermano asno"

Como el carnaval no es algo que tenga mucho sentido para mí (todavía no consigo entender cómo un país simplemente deja de funcionar durante tres días "para ver a la banda pasar"!) y no pretendo celebrarlo saliendo por ahí disfrazada de Colombina tocando una corneta y soltando papel picado e serpentina, voy a hacer algo que realmente valga la pena en estos días de feriado, que será descansar y aprovechar para poner al día la corrección y digitación de mis diarios antiguos -de los cuales, como ya saben, salen estas crónicas- porque estoy empezando a quedarme con poco material, a pesar de tener una montaña de apuntes que hice el año pasado para desarrollar; porque es así que trabajo: estoy siempre haciendo anotaciones sobre cosas que me impresionan o me emocionan especialmente, para más tarde meditar sobre ellas, desenvolverlas y llegar a conclusiones o descubrir la lección que encierran. También quiero ver si dá tiempo, antes de empezar a trabajar de verdad, de revisar mis cuentos antiguos (porque esta es una línea en la que no trabajo hace mucho tiempo, entonces vá a servirme para practicar y retomar la creación de historias) y corregirlos -hasta reescribirlos, aprovechando la madurez que tengo hoy- para tener material para poner en el otro blog. Tengo hasta el fin de Febrero para hacer esto, ya que las aulas comienzan el dia 1 de Marzo y a partir de ahí no voy a tener tanto tiempo y aliento para trabajar en esto porque mi agenda estárá llena de actividades en la Fundación... Pero no piensen que estoy reclamando, no! Al contrario, estoy loca para empezar a trabajar! Créo que este año tiene todo lo que necesito para sentirme feliz, creativa, valorada, desafiada y muy, muy gratificada. Hasta estoy considerando la posibilidad de darle una ojeada a mis novelas para ver la posibilidad de publicarlas también! Me vá a dar bastante trabajo, pero tengo certeza de que vá a valer la pena... Bueno, cuando uno hace lo que ama todo vale la pena, no es verdad? Nunca nos falta disposición, inspiración, creatividad, paciencia y horas extra (mismo que éstas no séan pagadas)...
Y aquí está la crónica de esta semana; espero que les guste.

Le hablo bajito, le hablo con el pensamiento y, algunas veces, en voz alta y clara. Le confío todos mis secretos -mismo sabiendo que los conoce de memoria- y escucho los suyos que, a veces, son verdaderas y ni siempre agradables sorpresas. La conciencia de su existencia es una de las sensaciones más fuertes e íntimas en mi vida, es concreta, inmediata, exigente. Siento sus movimientos, todos ellos, hasta los más distantes y sutiles. A veces me dá unos buenos sustos, tal vez porque hago con él cosas que no debería, cosas que lo perjudican, lo hacen sufrir, lo ponen a prueba... Entonces tengo miedo de sus reacciones, igual a un niño que sabe que merece un castigo por haberse portado mal, por haber sido irresponsable. Otras veces, osada y demasiado alegre, me burlo de él, trato de olvidarlo, lo acuso injustamente e invento castigos estúpidos para él... Entonces, se rebela, protesta, arma un escándalo para llamar mi atención y no sosiega hasta conseguirlo. Ahí, yo recupero el sentido común y hago las paces, porque generalmente, él tiene la razón.
Hace un tiempo atrás, hasta pretendía negar su existencia, su participación en mi vida, la importancia vital de sus acciones como reflejo de mis pensamientos e intenciones, de mi deséo de expresión y realización, pues lo encontraba demasiado problemático, muy inestable, indigno de confianza o crédito, lleno de reglas de "buen comportamiento", siempre rehén del tiempo y del espacio, de las enfermedades, de los estados de mi espíritu... Hasta que, en un cierto momento de esta crisis de incompatibilidad, entendí que todo lo que él deseaba era, simplemente, participar saludablemente de mi vida, la material y la espiritual, quería ser feliz -así como yo- aprender, madurar dignamente, darme todas las sensaciones posibles para que así yo pudiera tornarme alguien mejor, más sábia y cercana a todo lo que me rodéa y forma parte de mis experiencias y realizaciones... Y fué ahí que me pregunté: "Por qué no? Para qué continuar esta peléa estúpida con él? Esta actitud me vá a llevar a algún lugar, me está trayendo algún beneficio?" Porque me quedo dividida cuando estoy enojada con él, y dividida me vuelvo débil, dispersa, pobre. Tengo que aceptar y lidiar con sus límites en vez de condenarlo por ellos, pues no están allí en vano, sino para protegerme, para darme una vida mejor y más larga. Por qué castigarlo, entonces, si no está más que cumpliendo su deber? Al final de cuentas, es por causa suya que estoy aquí!.
No te voy a llamar "Hermano asno", como san Francisco lo hacía, pues no te desprecio ni te considero la causa de todos mis pecados y flaquezas. Después de todo, tú también provienes del espíritu! Estamos aqui para recorrer el camino juntos, en armonía y equilibrio, con alegría y sensatez, en paz y compartiendo todas las experiencias, y no para pasar el tiempo entero peleandonos. Sólo permaneciendo unidos, actuando como uno solo, creceremos y nos volveremos útiles para los demás. Tú tienes tu parte en este proceso -que debe ser respetada y valorada- y mi espíritu y mi mente tienen la de ellos, entonces la cosa no puede volverse una guerra ni una competencia con unos invadiendo el espacio y las taréas de los otros, pues todos son igualmente importantes para que yo pueda ser este alguien concreto y peculiar que todos conocen. Eres tú, como materia, que existe en este plano; eres mi vehículo, mi voz, mi instrumento para todo. Sin tí yo no estaría aquí ni pasaría por todas esas experiencias maravillosas que me suceden a cada paso. Sin tu carne, tu sangre, tus músculos y huesos, tus órganos y procesos tan efímeros y frágiles, tan sutiles y fascinantes, mi alma, que es poderosa e inmortal, no tendría casa. Y no es una paradoja fascinante que ella te tenga escogido justamente a tí como morada sagrada?... Esto debe significar alguna cosa, entonces es mejor que empiece a llevarte más en sério. Sé que esto te vá a gustar y estoy cierta de que a mí también, cuerpo mío.

Nenhum comentário:

Postar um comentário