segunda-feira, 4 de janeiro de 2010

El sabiá escondido

Bueno, un poquitín atrasada, pero siempre fiel a mis lectores, he aquí la primera crónica de 2010, y con una novedad de brindis que espero agrade a todos y sirva para divulgar un poco más de mi trabajo. Es lo siguiente: hoy en la mañana, después de unas cinco intentonas frustradas -típicas de quien está medio perdida (en realidad, completamente perdida, seamos sinceros!) con respepcto a las maravillosas y casi infinitas posibilidades de la internet- conseguí mi objetivo: abrir otro blog. Bueno, en verdad fueron dos, porque así como lo hice con éste, tendrá una versión en portugués y otra en español (como ven, me encanta darme más trabajo) con la diferencia de que no contendrá crónicas, sino histórias (este es el nombre del blog) que no tienen nada que ver con estos textos, que son sacados de mis diarios personales y hablan de reflexiones, pensamientos y lecciones aprendidas a través de experiencias personales íntimas y verdaderas. En este otro blog publicaré el producto de mi otra vertiente literaria: los relatos de ficción. Cuentos y hasta novelas (en capítulos, por supuesto!) que vengo produciendo a lo largo de los años y que por un montón de razones -todas relacionadas con dinero, claro- no he conseguido publicar en papel. Como créo que vale a pena que séan conocidos, decidí seguir el consejo de mi amiga Célia Musilli y voy a empezar a postearlos en este nuevo blog, pues me parece la única forma de hacerlos conocidos para el público y, como ya tengo un buen número de visitas en el blog de crónicas, créo píamente que estos mismos lectores -y muchos más, espero!- tendrán interés en conocer esta otra forma mía de expresión. Realmente, me sentiría absurdamente feliz si así fuera, pues haría valer la pena todo el trabajo que voy a tener. Claro que este blog no tendrá la misma frecuencia de publicación que el de crónicas; a final de cuentas, un cuento o una novela llevan mucho más tiempo para ser creados que una crónica corta, que nace de cualquier cosa o acontecimiento de la vida diaria, pero si la inspiración no me fallar, confío en que tendremos una buena cosecha de ficción a lo largo del año. De cualquier forma, todas las veces que publique un cuento voy a dejarles un recado en este blog, ok?... Putz, a pesar de la sudadera de hoy en la mañana y de la cantidad de blogs que abrí pensando que no había abierto ninguno (no traten de entender esa!) y que ahora me hacen dueña de nada menos que siete blogs -de los cuales estoy usando, en realidad, solamente cuatro. Ya dije, no traten de entender esto- estoy super entusiasmada con esta iniciativa, que me vino a la cabeza mientras rodaba en la cama y trataba de dormir con este calor desgraciado justo en la noche de año nuevo, lo que fué otro de los regalos con que fuí agraciada y que pretendo aprovechar al máximo.
Bueno, y para que no se quede más largo (que la crónica de hoy no es corta tampoco!) aqui vá la dirección del nuevo blog, en el cual hoy mismo o a más tardar mañana, voy a postear el primer cuento: pazaldunate-historias.blogspot.com. El nombre del blog es "Historias" y, sinceramente, espero que despierte vuestra curiosidad y decidan hacerle una visita y dejen muchos comentarios!...
Entonces, por el momento es sólo esto. Espero que lo aprovechen y también que tengan un año nuevo lleno de cosas y personas buenas, porque todos merecemos un año mejor que el anterior!.
PS: Como abrí más blogs de lo que pretendía (continúo sin entenderlo), y todos con el mismo nombre, van a tener que darse el trabajo de encontrar el que voy a usar a partir de hoy, ok?... Disculpen la torpeza!...

No me olvido de aquel pájaro -un sabiá del bosque, como supe después que se llamaba- que apareció repentinamente entre el denso ramaje de la enredadera sobre el portón, pocos días antes de tener que hacer una endoscopía (examen que me causa verdadero pavor). Yo no conseguía verlo, pero escuchaba con singular claridad sus trinos melodiosos y potentes, que me envolvían y parecían darme una espécie de nuevo valor para enfrentar la situación. Lo curioso era que, por más que yo me pusiera en diversos ángulos para ver si conseguia divisarlo, lo único que veía eran las hojas moviendose aquí y allí, como si él estuviese siempre acabando de cambiar de rama. Ninguno de los días que permaneció allí bajó para comer pan en el muro ni fué al bebedor para refrescarse; se quedó siempre entre el follaje de la enredadera soltando ininterrumpidamente su canto mientras yo me mecía en la hamaca...
Me demoré un par de días, sofocada como estaba por mi angustia, para percibir su voz constante -que sólo se dejaba oír a partir del momento en que yo salía al pátio y me tendía en la hamaca- y dejarme encantar por ella hasta el punto de olvidarme de la cercanía del odioso examen. Una vez que empecé a prestar atención en su canto, me vino la curiosidad de conocer al dueño de aquellos trinos, inéditos para mí, y así, pasé varias horas andando alrededor de la enredadera tratando de descubrir en cuál rama estaría escondido. A veces me parecía adivinar unas alas café, del color del tronco, o unos ojillos brillantes en las sombras movedizas, tal vez una cola, o el zumbido de un aletear... Pero en ningún momento conseguí de fato divisar el tal pájaro con claridad, por entero, delante de mí. El llegaba -o ya estaba allí, porque yo no veía ninguna ave posar en la enredadera- justo en el momento en que yo me tendía en la hamaca y entonces me regalaba con un concierto maravilloso. Cantaba y cantaba, cantaba sólo para mí y aquel canto parecía tener el poder de callar mi angustia y calmar mi temor. Me hacía sentir reconfortada, consolada, acariciada como un niño en los brazos de su madre.
Y fué así durante toda la semana que precedió a mi examen: yo venía a tenderme en la hamaca y e inmediatamente él aparecía, cantaba y se iba cuando yo volvía para dentro de la casa. Nunca lo escuché mientras estaba en el hall o en mi pieza... Y de repente, justamente el día anterior al examen, entendí el mensaje: "No mires solamente para tí misma y tus dolores! Existen más cosas en el mundo y ellas pueden traerte alivio, alegría y paz! Sal de tí misma y mira a Dios, que está a tu alrededor y te ama de infinitas maneras!"... Aquello fué como el soplo de una brisa fresca en un mediodía de Enero!... Por qué no? Por qué no levantar la cabeza de mi aflicción personal y mirar a mi alrededor? Por qué no dejar de sufrir por anticipado, perdiendo así el regalo que estaba recibiendo en ese instante?...
Al día siguiente fuí a hacerme el maldito examen y no voy a decir que no estaba extremadamente nerviosa y afligida y que no pasé la mayor vergüenza casi vomitando encima de todo el mundo cuando me pusieron el anestésico en la garganta... Sin embargo, en medio de la breve desesperación superficial, hubo un momento, recordando la lección aprendida, en que fuí capaz de olvidarme de mi tormento y fijar los ojos en la luz que entraba por la ventana y se reflejaba suavemente sobre el circo computadorizado que estaban usando para examinarme. Por algunos segundos, mientras mis oídos se concentraban en el pito que indicaba la frecuencia de los latidos de mi corazón (y que, contra todo lo que yo estaba sintiendo, confirmaba que todavía estava viva) cada vez más lentos y lejanos, conseguí distinguir un pequeño arcoiris en el aire, producido por los rayos de sol cayendo en el metal y el vidrio y, al fondo, todavía escuché el eco claro y vibrante de los trinos del sabiá misteriso, regalo de Dios... Y créo que, a pesar de todo, hasta conseguí esbozar una sonrisa de gratitud medio chueca ates de desmayarme definitivamente.

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