sexta-feira, 15 de janeiro de 2010

Dos gorriones.

Todavía en suspenso porque mi hermana no dá señales de vida terrestre y por eso no puedo insistirle para que me coloque los benditos contadores de visitas en el blog nuevo, acá estoy de nuevo, todavía de vacaciones y con dos semanas más de brindis por cuenta de mi banco de horas (Putz, estoy imaginandome la cantidad de cuentas que habría pagado si hubiera recibido por esas horas extras!) Entonces, y como a pesar de todo estoy de un humor estupendo por no tener que retornar tan luego a la Fundación para no hacer nada, voy a postear otras dos crónicas, una de las cuales fué enviada al diario, y la otra totalmente inédita. Bueno, si no nos morimos ahogados en este Enero tan lluvioso, créo que la semana que viene voy a publicar otra historia, esta vez en dos o más capítulos, porque es más larga que "El monstruo". Estoy con un montón de ideas para nuevas histórias de ficción, sin embargo, la continuación de este trabajo en el nuevo blog va a depender exclusivamente de la respuesta de los lectores, entonces, y como estoy con muchas ganas de continuar publicando mis cuentos y hasta las novelas (tengo dos!) ojalá que sean aprobados para que así pueda sacarle provecho, divertirme y entretener a las personas con esta nueva vena de mi don.
Y aquí va la primera crónica de esta semana, pero no se vayan acostumbrando tan rápidamente porque, desgraciadamente, créo que sólo estoy tan productiva por causa de las vacaciones, que son una bendición para cualquier inspiración!

Dos gorriones volando juntos como dos flechas pardas en el cielo límpido del atardecer: uno de ellos se detiene sobre el tejado de la casa vecina, haciendo una pirueta circense, y se queda ahí, dando saltitos y observando atento a su alrededor. El otro continúa su vuelo, recto y certero, y desaparece atrás de las ramas de los árboles allí cerca. Aquel que paró se mueve ágilmente entre las tejas anaranjadas, pareciendo un juguete de cuerda, y pesca algunos insectos aquí y allí, expurga los piojillos, se despereza e permanece allí, aprovechando los últimos rayos de sol con aire de completa beatitud. Sacude las plumas, suelta su pequeña voz vibrante, parece contemplar atentamente el paisaje... El otro se desvaneció como una seta por detrás de los tejados y entre el follaje obscuro e movedizo de los árboles. A este, mis ojos no lo buscan. Permanecen posados en el gorrión que se quedó, pues él habla conmigo, está cerca, forma parte de mi cuadro, tiene su papel y lo desempeña con modesta alegría. Esta ave, en ese instante, hace parte de mi experiencia y por eso es tan valiosa... Mas, y ese otro que no véo? Será que está siendo parte de la experiencia de otra persona, elemento de otro cuadro, personaje de otra historia?... Entonces, pienso en lo que es el libre arbítrio y dónde puede llevarnos. Pienso en la diversidad, en el destino, en el momento presente, en las filosofías de vida que guian a tantas personas y son capaces de mover montañas o destruír civilizaciones. Pienso en las misiones que cada uno de nosotros vino a cumplir, en la sabiduría que necesitamos absorver para que ellas tengan éxito; en la compasión, la perseverancia, el valor y la serenidad indispensables para que los mensajes séan pasados adelante y así exista un legado para los que vendrán después de nosotros. Pienso en los planes de Dios y en nuestra obediencia para con ellos -si es que tenemos alguna- en nuestra comprensión de lo que somos y de lo que podemos realizar. Pienso en la fé que deberíamos cultivar, en los milagros que podríamos hacer a través de ella... Este gorrión no es, por ventura, un pequeño milagro, una obra perfecta del Padre, una criatura que sólo vino hasta aquí para traerme su mensaje, para hacerme reflexionar y llegar a conclusiones importantes? Qué es lo que, en esta vida, no posée un objetivo, no tiene algún sentido, no es un peldaño -por menor que parezca- para nuestro crecimiento e nuestro diálogo con Dios y su creación? Pues la existencia não consiste en esto: en nuestro diálogo con el Creador, en sus respuestas, en nuestra unión e interacción constantes?...
En todo hay un mensaje, mismo que la mayoría de las veces nosotros no nos demos cuenta, y en toda la vida a nuestro alrededor están las opciones para encontrar la felicidad, la paz, la transformación, la verdad y la luz que necesitamos para ser felices y hacer nuestra parte en la historia de la humanidad.

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