domingo, 23 de abril de 2017

"Ángeles"

    Problemas técnicos, se puede decir de mi silencio la semana pasada, porque mi computador decidió ponerse en huelga y tuve que llevarlo al médico... Y como siempre, era sólo un problemita idiota que yo misma podría haber encontrado y solucionado si no fuera tan jurásica respecto a estos aparatos modernos...Yo lo enciendo, pongo mi radio favorita (Tribuna FM, de Brasil) y escribo o converso con otros por el face. Fuera eso... Entonces, esas cositas que casi todo el mundo puede solucionar apretando unas teclas o entrando en los misterios recónditos de la programación, disco duro y todo ese palabreado que para mí es sánscrito, para mí son un caso que requiere la inmediata y eficaz intervención de algún experto.
    Y como ya está todo solucionado, y después de reírme mucho y tener que pagarle al chico por mi inexperiencia, aquí va la crónica de la semana.


    Cuando pienso en la cantidad de ángeles que Dios ha puesto -y sigue colocando- en mi camino, desde los más obvios hasta los más sui generis, mi gratitud y admiración, mi fe y fortaleza, mi certeza de su amor y compasión, de su comprensión, no tienen límites. Porque los ángeles no son solamente esos seres brillantes y alados, bellos y poderosos. No, ahora sé que también son personas con las que nos encontramos todos los días, en cualquier lugar y circunstancia, y que nos traen un mensaje personalizado a través de palabras o acciones, a veces tan sólo con su presencia... Pero es necesario que estemos atentos, conscientes, abiertos a estos encuentros y sus consecuencias. Hay que mirar a nuestro alrededor, hay que escuchar bien y creer, entender, porque si nos quedamos solamente esperando alguna aparición o intervención espectacular (que, claro, también podría suceder) nos vamos a perder las infinitas demostraciones -e instrumentos- del amor y la misericordia que Dios nos regala cada día.
    Prestemos atención a lo que sucede a nuestro alrededor, a las personas que encontramos -o que ya hacen parte de nuestra vida- a lo que hacen y dicen, pues son lecciones para nosotros... ¿Y quién sabe si nosotros también no somos el ángel de alguien? Nuestra humanidad no nos quita este privilegio, pues Dios usa a quien quiere para sus propósitos.
    Definitivamente, lo divino está mucho más cerca de lo que imaginamos.

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