sábado, 16 de abril de 2011

Segundo a segundo

El maratón de presentaciones continúa, pero no está siendo tan  cansador cuanto pensé que sería -a pesar de que acostarme tarde acaba conmigo- entonces estoy con bastante ánimo para hacer otras cosas. Quedarme sola en la casa es un aliciente formidable e inspirador, pueden creér! Y después, sólo de pensar que cuando las presentaciones terminen vamos a tener cuatro días enteritos para recuperarnos e prepararnos para encarar los próximos proyectos (que en mi caso son dos presentaciones del musical y el início de los ensayos de las piezas del medio del año, más las aulas normales) ya me siento aliviada y lista para llegar al final de esta empresa que, gracias a Dios está siendo un éxito, toda feliz. Imagínense lo que es ver todo día la cara de nuestro jefecito exhibiendo una sonrisa de oreja a oreja!... Es tan rico cuando todos nuestros esfuerzos, sacrifícios y stress se ven recompensados con un "Bien hecho!" de los jefes y el público se divierte e aplaude en cada presentación! Ahí, no importa si es algo que uno no suele hacer, si es simple, en un escenario sin recursos, si los actores no ganarían un oscar o si al camión de la basura se le ocurre pasar atrás justo a la hora del diálogo más emocionante... Todo vale la pena!... Entonces, llego a la conclusión de que la recompensa -no importa el tamaño- siempre supera y borra cualquier disgusto o expectativa. El éxito no son solamente los aplausos, sino la comprobación de lo que somos capaces de realizar.


   Segundo a segundo, es de este modo que existimos. No tenemos otra opción real, pues el pasado ya no existe más -a no ser como un recuerdo o una lección- y ni el futuro, ya que él no aconteció todavía. El presente es todo lo que verdaderamente poseémos. Es siempre ahora, ni antes ni después. Es imposible adelantarse o volver atrás, sólo podemos suponer, elucubrar, soñar, crear expectativas que, a veces, más nos perjudican de lo que nos ayudan, pero es solamente eso. La vida acontece así para todos, nadie escapa de esta dinámica: es un instante desconocido que sucede a aquel que acabó de desaparecer en nuestra historia. Primero uno y después, sólo después, el otro, en imperturbable continuación y lógica. Los momentos no se mezclan, no se funden, no cambian de lugar, no se pierden. Así, tenemos una percepción después de la otra, porque cada momento tiene un peso, un color, un tono, un sentimiento, un movimiento que son solamente suyos, únicos e insubstituibles, insobornables... Y yo me pregunto: Es posible tener conciencia de ésto? Es posible vivir así, momento a momento, sin ansiedades o expectativas, sin planes demasiado definidos, sólo aguardando lo que vendrá?... Y la respuesta es que créo que es posible, sí, desde que pasemos a respetar y a creér en el ritmo de este constante acontecer, desde que estemos atentos y percibamos los cambios, las lecciones -capítulo a capítulo- el crecimiento. Entraríamos en una dimensión espacio/tiempo diferente, mucho más rica, con muchas más posibilidades; percibiríamos el todo con perfecta claridad, pues estaríamos concientemente en él, seríamos él. La vida tendría, entonces, nuevos significados, nuevos desafíos y caminos, descubriríamos otros paisajes, otros personajes, aprenderíamos sin ansiedades ni miedos, pues estaríamos lejos del alcance de tabús,  expectativas, presiones y reglas castradoras.
    El presente es realmente un tesoro, pena que no sepamos lidiar con él para aprovechar todo lo que tiene para ofrecernos.

Nenhum comentário:

Postar um comentário