quarta-feira, 27 de outubro de 2021

 

Es tanta música, tanto paisaje perfecto, tanta inspiración y ganas de hacer, que mal puedo esperar a que el día amanezca para comenzar a vivir otro poco y hacer mucho... Es casi abrumador, pero yo voy a seguir adelante, pues tanta belleza e inspiración no pueden ser desperdiciadas, entonces, una vez más, agradecida por todo, aquí voy!...

 

 

    Vuelvo del gimnasio y al dar vuelta la esquina me encuentro con aquella chiquillada toda saliendo del portón de dos casas vecinas, tomadas de las manos, lideradas por una niñita un poco mayor que los otros. Están em una alegría sin tamaño, riendo y gritando, saltando, despidiéndose de las mamás que, soñolientas y envueltas en sus casacas de lana, sonríen y les hacen todo tipo de recomendaciones... Curiosa delante de tanta agitación y felicidad, disminuyo el paso para saber el motivo. A fila –con la mayor al medio de ella, importante y seria en su misión- pasa a mi lado, llamando a un último niño que se quedó rezagado. Cuánta emoción em sus caritas! Ojos brillantes, corazones acelerados, piernas em una prisa llena de expectativa. “¿Cuál es la aventura?”, me pregunto, contagiada por su ansiedad. Entonces escucho a una de las mamás avisar: “Si el parque está cerrado se vuelven y no se quedan tonteando por ahí, oyeron?”... El parque de  juegos, em la pequeña plaza a dos cuadras, virando la esquina... Sonrío, apartándome del grupo bullicioso. Y  allá van ellos, rumbo a su aventura, pasando por lugares desconocidos, encontrando extraños, espiando a aquellos monstruos de cuatro ruedas que reinan absolutos y asustadores em el asfalto negro y brillante. Allá se van, vibrando em aquella sensación impagable de estar creciendo, enfrentando la vida y sus desafíos, em esa gloriosa independencia de los padres, em aquel hálito tembloroso de salir para procurar la felicidad, la realización...Hoy en los juegos del parque de arena a dos cuadras de casa. Mañana, en la fiesta em el club. Después, en la universidad. En el trabajo, aún más lejano y desafiante. En el amor, cuando parece que todos los lazos con el pasado se rompen... Mientras busco la llave en mi bolsa, me pregunto si conservamos siempre aquella alegría virgen y original, aquella emoción risueña y llena de optimismo delante de la aventura de lo desconocido, o si preferimos encarar nuestro futuro llenos de miedo y pesimismo, sin fe en nuestra capacidad de salir adelante... Coloco la llave em la cerradura y la hago girar. Ella emite un chasquido y la puerta se destranca. Pero, pienso: “Es el sonido del futuro que se avecina y sólo yo tengo el poder y la voluntad de hacerlo acontecer.”... Y mi corazón vuelve a la imagen de aquellos niños, tomados de las manos, rostros brillantes y llenos de alegre prisa, a camino de su aventura. Y pienso que es así mismo que yo quiero abrir la puerta y entrar en todo aquello que me aguarda.

 

 

 

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