segunda-feira, 15 de julho de 2019

"Mente"

    Últimamente -y con toda razón- ando pensando mucho en lo que es la mente del ser humano, en cómo puede tener comportamientos tan opuestos al punto de elevarte a las alturas o hundirte en el más profundo agujero de tu vida. Ella puede inspirarte, conectarte, darte ideas, hacer que te comuniques, que crees, que tengas fuerza, coraje, resistencia, persistencia, fe, paz, equilibrio... Pero por otro lado, y por razones que a veces demoramos años en descubrir, puede volverte miedosa, resentida, amargada, triste, cobarde, llenarte de síntomas totalmente psicosomáticos que te echan a perder cada hora del día, puede aislarte del mundo y encerrarte en una prisión de la que a veces no consigues escapar nunca... ¿Cómo puede ser? ¿Qué es lo que detona ese comportamiento tan negativo? ¿Crece poco a poco, a lo largo de la vida, por diferentes motivos, porque se junta demasiada porquería, traumas, desilusiones, pérdidas? ¿Y por qué es tan difícil de combatir? ¿Qué la hace tan poderosa y temible?... Puede ser casi celestial, pero parece que cuando decide cagarte, lo hace en grande.
   Yo ahora, fuera todo lo demás, estoy empezando a tener miedo de salir a la calle... No sé, mucha gente (muuucha más que hace 30 años, cuando me fui a Brasil, a una ciudad pequeña como era Melipilla) muchos autos, mucho ruido, demasiado desorden para mis estándares... Pero salgo igual, con dolor de guata, mareos, tembladera, náuseas y todo tipo de desconfianzas, cosa que no me sucedía cuando recién llegamos... Pero salgo mismo así, y me digo a mí misma: "Levanta la cabeza, deja de mirar al suelo y mira a las personas, los edificios, el paisaje, los pájaros, las vitrinas, escucha las voces, observa los colores, percibe las expresiones, las ropas, los movimiento. Intégrate, porque eres parte de todo esto, estás en el mundo, eres una más... ¿No te gusta eso? Querrías ser alguien especial?.. Bueno, si lo piensas todos lo somos porque, en mayor o menor grado, tenemos un papel en esta historia. Ayudamos, apoyamos, aconsejamos, cooperamos, ni que sea abriéndole la puerta a una anciana. Y este simple acto, para ella, vale oro. Somos importantes, pero no famosos, por eso tenemos que estar aquí, presentes, conscientes, actuantes. No se puede huir de la vida, porque ella nos persigue y nos llama, no importa cuán mal estemos"... Tenemos que curarnos y salir adelante, sin importar cuánto demoremos, porque ella nos quiere aquí, ahora, siempre, no le interesa lo que nos cueste... Pero al final, va a ser glorioso poder decir:"hice mi parte", sin que nos importe su tamaño ni su brillo.

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