domingo, 16 de julho de 2017

"Debemos avanzar"

    Algunas semanas de silencio, muchas pruebas, dudas, preguntas aún sin respuesta, decisiones y luchas que parecen no tener fin, porque cuando pensamos que estamos por buen camino, volvemos a caer, traicionados por nuestras propias historias, miedos y conflictos, por los malos hábitos y el desánimo... Pero como no hay mal que dure cien años, aquí estoy de nuevo, lista para continuar, mismo que con algunos baches... Y fue divertido -y casi divino- porque cuando abrí mi diario hoy para ver cuál sería mi crónica, el tema que me salió tiene todo a ver con mi situación actual, y quién sabe la de algunos de ustedes... Espero que les sirva, entonces, como acabó de servirme a mí, aunque me dejó con dolor de guata...



    Es divertido -y a veces triste y hasta trágico- ver cómo algunas personas luchan tan denodadamente para quedarse paradas en ciertas etapas y disfrutar eternamente de las realizaciones que obtuvieron en ellas, sin darse cuenta de que, con eso, están desperdiciando las otras realizaciones que las nuevas etapas les traerán. No sé si es miedo a lo desconocido, recelo de no encontrar más desafíos o sueños que concretar o vencer, tal vez la negación de que merecen la recompensa, el descanso, la libertad, o entonces esa sensación de derrota y resignación que toma cuenta de las personas cuando llegan a una cierta edad... "Ahora estoy en los descuentos", dicen, y se sientan en el sofá frente a la televisión, esperando la enfermedad, la dependencia, la ausencia, la fragilidad, la muerte.
    Pero la cosa no funciona así. Cada etapa -inclusive la última- desde que nacemos, trae sus propias y únicas realizaciones, todas diferentes para cada uno: el colegio, la universidad, la carrera, la familia, la casa, las empresas, el aprendizaje, el amor los recomienzos, los sueños y las luchas. Cada una corresponde a una parte de nuestra vida y nos transforma en quienes somos. Entonces, debemos avanzar siempre para descubrir y vivenciar la próxima con tranquila plenitud y felicidad. La realización tiene su ciclo y cuando llega a su ápice y final tenemos que guardar la satisfacción, las lecciones, la felicidad y la gratitud por todo lo que vivimos, pero nunca debemos detenernos allí ni tratar de revivirla eternamente, ni tampoco enfrascarnos en una realización que no corresponde a aquella etapa de nuestra vida.
   Ninguna realización o etapa es despreciable, por más modesta o difícil que pueda parecer. Sólo nosotros sabemos su valor y su significado y eso es lo que realmente importa.

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