sábado, 5 de julho de 2014

"Con quien pasamos más tiempo"

    A esta altura de campeonato me pregunto quiénes son los derrotados, e inclusive estoy pensando escribir sobre eso, porque nosotros los chilenos hemos aprendido una gran lección al respecto en este mundial. La selección que regresó eliminada a Chile no era ni de lejos un grupo de derrotados, sino un ejército de guerreros -especialmente Gary Medel, delante de quien me saco el sombrero- que eliminó al campeón del mundo y dejó de rodillas al eterno fantasma negro, a su grande rival: Brasil. Pero no solamente porque dieron trabajo, sino por su actitud aguerrida, por su entrega sin reservas, sin miedo. Nunca vi a un equipo tan orgulloso de usar y pelear por la camiseta de su país... Fueron merecidamente recibidos como héroes, porque son un ejemplo y una muestra de lo que es este país tan largo y estrecho, tan lleno de dificultades, de sueños, de batallas y desafíos.. Pero siempre vencedor, siempre con la cabeza en alto, siempre luchando. Esta es una tierra llena de héroes que no se rinden, y estos 11 atletas son la viva muestra de ello... ¡Cómo estoy orgullosa de ser chilena!.
    Y después de este desahogo y esta enorme sonrisa emocionada en mi cara, después de haber llorado junto con Gary Medel -que fue quien me trajo las lágrimas a los ojos con su propio llanto desconsolado- aquí va la crónica de esta semana, todavía con gusto de mundial.


    Me gusta conversar conmigo misma, darme tirones de oreja, consejos o elogiarme. Me gusta andar por ahí y presar atención a lo que pienso, a lo que siento y percibo. Me gusta apoyarme, consolarme, darme ánimo y perdonarme las cagadas. Me encanta respirar hondo, dar vuelta la página y empezar de nuevo. Todas las veces que sea necesario. No me importa admitir mis debilidades y fracasos, a pesar de lo que esto duele. Me gusta quedarme un rato despierta después que apago la luz, mirando las luces de los edificios vecinos y recordando cómo fue el día. A veces analizo algo que está incomodándome, otra rezo por nuestras necesidades; unas pocas sólo me quedo allí sintiendo mi cuerpo tendido en la cama, percibiendo cómo se va relajando, cómo se mueve allá adentro, cómo un agradable sopor va tomando cuenta de él... A veces, percibir mi cuerpo me angustia un poco porque no le tengo mucha confianza -probablemente porque estoy dándome cuenta de que está envejeciendo y volviéndose más frágil- Siempre me ronda esa sensación de que, a pesar de estar saludable me puede jugar una mala pasada y darme un susto...
    Pero la mayor parte de las veces lo siento feliz, activo, guerrero, creativo, y me gusta conversar con él y cuidarlo.
    Siempre hay que volverse hacia uno mismo y consultarse, analizarse, tratar de entenderse, de aceptarse y perdonarse. Hay que mantener el diálogo, firmar acuerdos, instaurar la paz, porque a final de cuentas, es con nosotros mismos con quien pasamos más tiempo a lo largo de nuestras vidas.

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