sábado, 7 de dezembro de 2013

"Regalos"

Es lo siguiente: esto ya lo escribí en mi facebook, pero como a lo mejor no todos ustedes están en mi red, lo repito: Este fin de semana haay cuento nuevo en mi otro blog (pazaldunate-historias.blogspot.com), pero también quiero aprovechar para proponerles una especie de desafío. Cuando yo daba clases de redacción en Brasil, hacíamos cada cierto tiempo este ejercicio, para demostrarles el potencial que tenían para crear buenos textos si sabían cómo desarrollar sus ideas. Entonces les daba como tarea traerme algunos apuntes sobre una historia que se les ocurriera, dos o tres personajes, unos escenarios y época determinados. En resumen, algo básico para que yo lo desarrollara a mi manera para mostrarles lo que podría ser hecho con su material. Así, luego de leer lo que yo había creado encima de sus ideas, ellos repetían el ejercicio, pero esta vez con algo que yo les daba a ellos. Y les aseguro que, con algunos tips, análisis y orientaciones los resultados eran sensacionales... Bueno, lo que se me ocurrió fue, justamente, repetir este proceso ahora pidiéndoles a ustedes que me enviaran ideas, en forma de elementos básicos, para que yo escriba historias basándome en ellos, que voy a ir publicando en este blog. Si lo desean, también puedo enviarles bosquejos de historias que se me ocurran para que ustedes las desarrollen y me las manden más tarde o creen su propio blog de historias. Va a ser una especie de clase de redacción a distancia y un excelente ejercicio para ustedes y para mí (¡sobre todo!). De hecho, los cuentos que van a leer estas semanas en mi blog fueron producidos de esta manera, a veces no tienen nada que ver con lo que yo escribo, pero ahí está la gracia: desafiarse a trabajar  en algo diferente y hacer que funcione para mí y para los otros.
Bueno, si les interesa enviarme algo, háganlo a mi mail: pazaldunatearte@hotmail.com. Pueden hacerlo desde cualquier país de habla hispana o portuguesa (desde que no se usen muchos modismos) Me va a  encantar trabajar en esto con ustedes.
Y, continuando nuestra rutina, aquí va la crónica de esta semana. El cuento lo publicaré mañana.

    ¿Ya han notado que cuando las personas envejecen y les preguntamos qué es lo que les gustaría recibir de regalo en su cumpleaños, la navidad o el día de las madres o padres, se quedan un buen rato pensando y terminan por responder que no lo saben, que cualquier cosa estaría bien porque, a final de cuentas, lo que les importa es nuestra intención, lo que realmente vale es que nos hayamos acordado? Los otros piensan que es una cuestión de modestia o de no querer hacer pedidos caros ni molestar, pero realmente, ellos no saben qué pedir... Esto lo sé porque a mí está empezando a pasarme lo mismo (¡sí, me estoy poniendo vieja!) Es que a uno le gustaría poder pedir salud, tiempo, lucidez, el cariño sin restricciones de los otros a medida que nos vamos volviendo más frágiles, participación, contribución, cuidados y respeto, pero desgraciadamente no se venden en ninguna tienda, entonces lo que queda es confiar en que hayamos hecho lo suficiente como para que los demás nos den esto por iniciativa propia.
    A partir de una cierta edad y experiencia de vida, realmente ya no se desean  más cosas materiales, pues uno se va dando cuenta de que ellas no tienen tanta importancia así. Claro que es bueno y agradable tener comodidades y mimos, pero poco a poco esto va perdiendo el valor, tal vez porque nos damos cuenta de que nada material nos podremos llevar de aquí. Todas las cosas se van a quedar, no nos van a pertenecer más, no importa cuánto afecto les tengamos ni cuánto significado tengan para nosotros. Es entonces que empezamos a apreciar y a buscar lo intocable, los sentimientos, la calidad de vida física , mental y espiritual, porque esto sí se vuelve algo valioso que sí puede acompañarnos en nuestros últimos momentos, que puede hacer que el tiempo que nos queda sea agradable y lleno de cariño, puede hacernos sentir seguros y amparados, y cuando se ha vivido mucho y se ha disfrutado de las cosas materiales en mayor o menor grado, entonces llega el momento de disfrutar de las espirituales, porque un cuerpo viejo y cansado, plagado de achaques y limitaciones, no necesita un zapato último modelo, un computador nuevo, un auto más veloz o una casa más grande o lujosa. No, este cuerpo, este corazón, necesitan acogida,  abrazo, paciencia y respeto. Nuestro legado, al final, no serán los objetos que acumulamos a lo largo de nuestra existencia, sino los ejemplos que dimos.

Nenhum comentário:

Postar um comentário