sexta-feira, 20 de maio de 2011

Perros y gatos

La semana pasada les dije que ese sería mi último fin de semana libre, sin embargo, parece que los dioses escucharon mis suspiros de desolación, decidieron apiadarse de mí y, graciosamente, me concedieron un fin de semana más de descanso. Después vendrá, sí, el prometido maratón de presentaciones, ensayos, grabaciones y reuniones, que durará hasta el 12 de Junio. No sé lo que mi jefecito está planeando en seguida, pero el dia 15 de Julio pretendo salir en unas merecidas vacaciones que no serán, claro, solamente para descansar y reponer las energías, sino también para prepararme física y sicológicamente para el resto del año que, por lo que percibí en nuestra última reunión administrativa, vá a ser una locura. Me resta el consuelo de saber que el famoso teste selectivo ya está abierto y que, probablemente, tendré alguna ayuda en el segundo semestre... porque con certeza la voy a necesitar. En el menú tenemos desde un auto de Navidad -pasando por un festival de teatro, un evento japonés y los espectáculos de fin de año (no se olviden de que tengo cuatro grupos!)- hasta los primeros ensayos de la Pasión para el año que viene... Bueno, no puedo reclamar porque mi jefe cumple lo que promete: me dijo que me iba a matar de tanto trabajar y, realmente, está cumpliéndolo... Menos mal que amo este trabajo.


    El gato pasea su pelaje sedoso y brilllante con lenta pompa y circunstancia por la vereda soleada. Mira en torno con ojos serenos y superiores, se despereza, bosteza, alinea los bigotes con su pata felpuda... A su alrededor, un coro de ladridos, gemidos y gruñidos se eleva atrás de las rejas y los portones de las casas donde los perros, de espinazo erizado y mostrando los colmillos, corren para acá y para allá, como enloquecidos, queriendo amedrentar a este rey de la calle que los contempla con el más profundo tedio y cinismo.
     -Qué fué, perritos?...- parece decirles mientras se sienta con absoluta elegancia y lame una pata estirada -Están celosos porque yo estoy libre aquí en la calle y ustedes están presos ahí adentro, dependiendo del capricho de sus dueños?...- y pareciendo sonreir maliciosamente agrega, levantandose para continuar su real paséo: -Qué penita!.
    Este vecino es el único de la cuadra que tiene un gato... Miento, en verdad son dos o tres (lo que pasa es que no sé si el tercero es invitado de la calle de arriba o si es realmente suyo) junto con una perrita de esas chiquititas y neuróticas que corren y ladran desesperadamente a lo largo de la reja cada vez que alguien pasa delante de la casa; y estos felinos parecen saber de alguna forma que son los únicos, especiales, exclusivos. Parecen tener una absoluta conciencia de su peculiaridad en un barrio dominado por perros de todos tipos y caminan descuidadamente por muros y tejados, despreciando olímpicamente el peligro mortal que los cerca, se tienden a tomar sol en la vereda, o corren y saltan por los sitios vacíos, emboscan palomas y gorriones sin el menor escrúpulo y de vez en cuando nos brindan con unas áreas de ópera apasionadas o entonces con aquellos chillidos espeluznantes que preceden a alguna peléa por territorio... Caramba, ahí sí que os canes se vuelven locos! A los agudos de los felinos se juntan entonces los aullidos y ladridos histéricos de éstos, las carreras frenéticas por los patios y los saltos llenos de baba y ganas de hincarle el diente a estos camorristas que interrumpen el sueño de sus amos sin la menor consideración y los dejan a ellos mismos con el instinto aguzado hasta un límite insoportable.
    Y los gatos?... Bueno, pues ellos continúan sus existencias serenas y modosas, cazando, maullando, ronroneando, desconfiando de todo y dormitando al sol, tomando aquellos interminables y sensuales baños de lengua y mirando a los pobres perros con ese aire de indiscutible superioridad y pena, de absoluta, absurda libertad... Entonces, yo me pregunto: Qué vale más? Qué es más delicioso? La relación sin lazos ni compromisos, con libertad absoluta e independencia, aventuras y riesgos de los gatos con sus dueños? O la dedicación, la lealtad, las reglas y limitaciones, la comodidad y la cercanía cálida de los perros con los suyos?...

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