terça-feira, 8 de março de 2011

Espejismos, disculpas y mitos

Con este negocio del carnaval -que, como extranjera que se precia, no consigo entender todavía. Cómo es posible que un desfile de escuelas de samba pare un país durante cuatro días y medio?- y con la presentación del musical este fin de semana, para variar, la publicación de las crónicas se quedó de lado. Pero como toda esta fiesta loca nos dá dos días y medio de descanso -descontando el sábado y el domingo en que tuve que trabajar- voy a aprovechar este martes para postar la crónica de la semana. Me queda sólo más un fin de semana libre, porque las clases en la fundación empiezan el dia 14, lo  que significa que mis domingos de descanso se van a acabar. Pero no estoy disgustada por eso, porque me encanta mi trabajo. Me siento completamente feliz y realizada dando aulas, escribiendo y montando piezas, ensayando y presentando. Estoy aburrida, eso sí, de permanecer en mi sala sin hacer nada, sólo para cumplir mi horario, llenando algunas fichas de matrícula que, a propósito, están bien disminuidas, supongo que debido a los rumores idiotas de que, por causa de la dimisión de los profesores en el fin del año pasado, la fundación iría a cerrar y no ofrecería más clases de nada, y la cosa vá por ahí... Por favor, no?... Y lo peor fué que hubo mucha gente que se lo creyó y no apareció para matricularse, inclusive quienes ya hacían algún curso aquí. Mas confío que cuando las actividades empiecen y todos véan que las cosas continúan funcionando como siempre, mismo un poco atrasadas por cuenta de las pruebas selectivas para la contratación de nuevos prodesores, decidan aparecer para matricularse. Este año quiero tener muchos alumnos nuevos, descubrir talentos, escribir y montar piezas de calidad y también, quién sabe, transformar la vida de algunos... Sólo espero tener alguien que me ayude con esas cosas de burocracia y logística con las cuales yo lido tan penosamente!... Ahí, todo estaría perfecto!.


    Realmente quería que lloviera, porque o calor está insoportable, pero no estas gotas tímidas que apenas refrescan el aire para después tornarlo más sofocante y húmedo al evaporarse bajo los inclementes rayos del sol. Quería que el água cayera a los torrentes y lavara las calzadas y los muros, los tejados, los árboles, las calles y plantaciones, los pecados y las angustias del mundo... Sentada aquí en el garage, meciendome bien levemente en la hamaca, observo la llovizna que desaparece en las baldosas hirvientes y me pregunto hasta cuándo una planta crece sin ser regada, hasta dónde podemos sostenernos sin la bendición del amor, si su presencia puede realmente reerguernos y colocarnos de vuelta en el camino; me pregunto hasta dónde podemos luchar solos.... Sin embrago, el rumor  casi imperceptible de esta lluvia tan tímida me recuerda de alguna forma la presencia constante de Dios que, mismo sin ser notada, actúa y nos vigila amorosamente, nos reconforta, nos ilumina y nos sostiene. Por eso nunca estamos verdaderamente solos, a pesar de tener con tanta frecuencia esta terrible sensación delante de algunos desafios y probaciones. Hasta dónde ir? Cómo actuar? Cuál es la opción, el momento cierto? Qué sucederá después? Cuánto de nosotros podemos exponer sin herirnos o causar resentimiento en los otros? Existen realmente riesgos o es todo una ilusión pintada por nuestra falta de fé? Son tan sólo espejismos, disculpas y mitos lo que nos detiene en nuestra caminada? Nada nos impediría si realmente creyésemos? O nos faltaría el sentido común y acabaríamos equivocandonos por exceso de confianza y vanidad? Pienso que creér no quiere decir ser pretensioso o fuera de la realidad. Hay que creér, sí, pero con los piés en la tierra para que más tarde no culpemos a los demás por nuestros fracasos (que habrían sido tan fácilmente detectados si hubiéramos tenido un poquito de sentido común!) Dios siempre vé y susurra en nuestros oídos cuando el peligro está adelante, es un hecho que no podemos negar, pero nosotros tendemos a pensar que retroceder o cambiar de idéa, desistir o tomar otro rumbo son síntomas de cobardía, de debilidad, de inmadurez, de falta de ambición y garra... Pero no sería justamente lo contrario, una muestra de madurez y lealtad para con nosotros mismos?...
    Escucho los truenos, diviso las explosiones de luz entre las nubes cargadas... La tempestad, finalmente, se aproxima... Créo que vá a caer realmente un diluvio, entonces es mejor entrar y ver el espectáculo desde la ventana de la sala... Siempre digo que las gotas de lluvia son como besos de Dios sobre esta tierra resecada en que el corazón de los hombres está transformandose, pero viendo el tamaño del aguacero que se avecina, diría que más parece un abrazo de oso.

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