quarta-feira, 7 de agosto de 2019

"Profecía auto cumplida"

    Profecía auto cumplida... En otras palabras: miedo. Miedo de todo. Miedo de que algo pueda salir mal, desde ser atropellados, que se nos muera alguien amado, hasta que se nos queme el arroz. A veces las cosas más triviales como salir a comprar o a almorzar afuera pueden convertirse en un drama para personas con depresión, pues significan cambios en la rutina, en los esquemas de seguridad y confort que hemos construido, y eso puede terminar desestructurándonos y causándonos pánico, echando a perder por completo hasta las experiencias más triviales y simples... Pero hay que luchar contra esta "mala costumbre", afrontarla con pensamientos positivos, con relajamiento, con la realidad, el aquí y el ahora, que son lo único que verdaderamente existe. Tenemos que salir, ver, sentir, comunicarnos, respirar hondo y caminar erguidos, no derrotados, sabiendo que todo es un juego cruel y tiránico de nuestra mente y que seremos capaces de vencerla... Nada es perfecto, pero es perfectible, entonces tenemos que aferrarnos a eso y seguir, hacer, planear, disfrutar, y no echarnos a morir ni encerrarnos porque las cosas no salieron exactamente como nuestro neurótico perfeccionismo lo esperaba. Hay que dejar fluir, entrar en el río de la vida y arriesgarse a que ni todo salga como deseábamos, pues es así mismo. Darse cuenta, apreciar las pequeñas-grandes victorias de cada día y disfrutarlas es un gran paso.
    Existen técnicas para controlar ese terror al error, a la sorpresa, al tropiezo, a quedarse en la zona cómoda y obscurecerse cada día más... Relajarse, respirar, apartar los pensamientos y sentimientos negativos, afrontarlos con lo positivo que tenemos dentro de nosotros -porque lo tenemos, sin duda- aceptarlos y descifrarlos para poder combatirlos y eliminarlos... No digo que sea fácil , de hecho a veces parece casi imposible, pero no podemos desistir...  No podemos quedarnos solos en esta agonía que sólo nos entierra, nos hace llorar y vivir cada día en una angustia física y psicológica que no merecemos.

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