domingo, 19 de julho de 2015

"El bien de los otros"

    Preguntas, muchas preguntas, algunas de ellas con respuestas, otras no, por lo que la incertidumbre y las contradicciones sobre algunos temas continúa, entonces supongo que es momento de practicar la paciencia y la fe, esperar señales, personas, encuentros, revelaciones... Esto nos pasa  a todos, es parte de nuestra condición humana y pasar por estas pruebas sólo nos fortalece y nos vuelve más sabios y compasivos, sobre todo con nosotros mismos. Así, hay que continuar viviendo cada día, uno a uno, con todo lo que él nos trae de positivo y negativo, hay que encontrar salidas, usar la creatividad, el equilibrio, el buen humor y el optimismo, porque no hay mal que dure cien años, ¿verdad?....
    Y con esta chispa de esperanza en una luz al final de este túnel, aquí va la de la semana. No hay desesperación, sólo inquietud, curiosidad, expectativa y a veces, lo admito, algo de impaciencia, pero supongo que es normal. Y para combatirla, esta semana me voy a dedicar a escribir más cuentos cortos, ¡entonces prepárense para el fin de semana que viene, porque habrá novedades!


    ¿Quiero mejorar mi día? ¿Levantarme el ánimo? ¿Mirar la cosas bajo un nuevo angulo? ¿Sentirme optimista, contenta, leve, conectada con todo y todos, en paz?... Pues es muy fácil: basta hacer una buena acción. Puede ser cualquiera, no tiene que ser algo grandioso, que llame la atención, transforme el mundo o nos haga famosos. Es suficiente con que le facilitemos la vida a alguien, ni que sea en algo tan banal como desearle buen día o sujetar la puerta del ascensor... ¡Es tan fácil y nos deja con una sensación tan agradable! Cambia por completo nuestra energía, nuestra disposición, nuestro humor. Nada mejor que salir un poco de nuestro mundo y nuestros problemas para darnos cuenta de la suerte que tenemos, de nuestra capacidad y nuestra compasión para ayudar, de que somos necesarios y útiles, de que tenemos un grano de responsabilidad en la felicidad de los demás, conocidos o desconocidos. Es un momento, un gesto, una palabra, a veces basta una mirada o una sonrisa y ya habremos hecho nuestra parte sin que nos cueste nada. Lo único que necesitamos es estar en esta disposición constante, atentos y accesibles.
    Tenemos que aprender y practicar que el bien de los otros curiosamente, es nuestro propio bien, pues cuando éste se propaga el mundo se vuelve un lugar mejor para todos.

Nenhum comentário:

Postar um comentário